Muchos intentaron revelar los secretos gnósticos
y fueron silenciados
o fueron obligados a callar la verdad
tras un lenguaje increíblemente simbólico
que pocos podrían entender.
Sólo aquellos que conocen los secretos
tienen los ojos para ver
y los oídos para escuchar.
Los hombres a los que llamamo hoy
alquimistas y ocultistas
esconden sus conocimientos
tras un lenguaje y una imaginería
sobre la que se depositaron capas y más capas,
y lleva muchos años de búsqueda develar la verdad.
El lenguaje de estos adeptos,
sea escrito, hablado o a través del arte,
se ha llegado a conocer como esotérico,
en el sentido en que
sólo aquellos que comprenden
serán capaces de descifrar los significados ocultos,
que es la definición de la verdadera gnosis.
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