El conocimiento y la luz de esta ciencia
son un don de Dios que él revela a quién le place,
por una gracia especial.
Por consiguiente,
quien no tenga el corazón puro,
que no se entregue a este estudio,
así como tampoco aquel
que no se haya desprendido del apego
a las cosas de este mundo
y de todo deseo culpable
y no se haya consagrado eternamente a Dios.
El lenguaje de La Obra Secreta de Hermes Trimegisto, es conciso, cerrado y realmente hermético. El habla de nuestro autor se distingue por una precisión helénica, razón por la cual, el traductor, se ve forzado, a veces, a sacrificar el sentido de la frase con el fin de no deslucir el pensamiento del autor, que nos hace llegar su mensaje desde el siglo XVII.
0 comentarios:
Publicar un comentario