La felicidad no se presenta sin dificultades
antes y después.
Seguimos procurándola pero no la logramos.
Cuando por fin nos cansamos
de buscarla en nuestro exterior,
nos sentamos con serenidad y nos preguntamos:
Qué es esto?
Por qué no soy feliz?
Por qué he dejado de ser feliz?
Si analizáramos con toda sinceridad
nos daríamos cuenta que la felicidad
nunca se origina en nuestro exterior.
Jamás se obtiene la felicidad
haciendo o logrando algo,
ni siquiera con las prácticas espirituales,
las oraciones o la búsqueda de Dios.
Tampoco Dios puede darte la felicidad.
Si te la da, puede quitártela.
Todo aquello que viene, también se irá.
Incluso, en nombre de la búsqueda de Dios,
vemos que las personas se sienten infelices.
He aquí mi respuesta:
la felicidad no debe buscarse fuera de uno
ni tampoco puede originarse dentro.
No puede llegar porque simplemente
ES.
Siempre ES.
Dónde está?
En todas partes,
siempre hay felicidad.
Tú eres la felicidad personificada.
La Suprema Bienaventuranza.
Tú eres ese gozo.
Eres la imagen de la felicidad misma.
Si quieres usar la palabra Dios;
quién es Él?
Cuáles son sus cualidades?
Siempre un ser feliz.
Entonces, como imagen de Dios,
por qué eres infeliz?
Porque has olvidado que eres feliz,
por eso vas tras la felicidad.
Has olvidado que tienes ojos
y vas tratando de alcanzarlos,
pero el instrumento que utilizas para buscarlos
son ellos mismos.
No pareces darte cuenta porque acostumbras a verlo todo
y entonces dices:
“No veo mis ojos, quiero verlos”
Eres el observador,
pero nunca puedes ver tu propio Yo.
La simple ignorancia y el olvido te hacen infeliz.
El error fundamental consiste
en olvidar tu verdadera naturaleza.
Es una forma de suicidio,
al olvidar tu yo, de hecho lo matas.
Por eso eres infeliz.
Y naturalmente, cuando eres infeliz,
todo te va de mal en peor...
antes y después.
Seguimos procurándola pero no la logramos.
Cuando por fin nos cansamos
de buscarla en nuestro exterior,
nos sentamos con serenidad y nos preguntamos:
Qué es esto?
Por qué no soy feliz?
Por qué he dejado de ser feliz?
Si analizáramos con toda sinceridad
nos daríamos cuenta que la felicidad
nunca se origina en nuestro exterior.
Jamás se obtiene la felicidad
haciendo o logrando algo,
ni siquiera con las prácticas espirituales,
las oraciones o la búsqueda de Dios.
Tampoco Dios puede darte la felicidad.
Si te la da, puede quitártela.
Todo aquello que viene, también se irá.
Incluso, en nombre de la búsqueda de Dios,
vemos que las personas se sienten infelices.
He aquí mi respuesta:
la felicidad no debe buscarse fuera de uno
ni tampoco puede originarse dentro.
No puede llegar porque simplemente
ES.
Siempre ES.
Dónde está?
En todas partes,
siempre hay felicidad.
Tú eres la felicidad personificada.
La Suprema Bienaventuranza.
Tú eres ese gozo.
Eres la imagen de la felicidad misma.
Si quieres usar la palabra Dios;
quién es Él?
Cuáles son sus cualidades?
Siempre un ser feliz.
Entonces, como imagen de Dios,
por qué eres infeliz?
Porque has olvidado que eres feliz,
por eso vas tras la felicidad.
Has olvidado que tienes ojos
y vas tratando de alcanzarlos,
pero el instrumento que utilizas para buscarlos
son ellos mismos.
No pareces darte cuenta porque acostumbras a verlo todo
y entonces dices:
“No veo mis ojos, quiero verlos”
Eres el observador,
pero nunca puedes ver tu propio Yo.
La simple ignorancia y el olvido te hacen infeliz.
El error fundamental consiste
en olvidar tu verdadera naturaleza.
Es una forma de suicidio,
al olvidar tu yo, de hecho lo matas.
Por eso eres infeliz.
Y naturalmente, cuando eres infeliz,
todo te va de mal en peor...
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