Qué es el mal? De dónde provino? Esta es una pregunta muy importante que es necesario contestar. Si Dios creó todo, quién creó el mal? Acaso hay dos Dioses? Uno que creo todo lo bueno y otro que creó todo lo malo? Nunca hemos oído esa historia. Cuando así lo quiso, Dios creó todo: “Háganse los cielos. Háganse las nubes. Hágase la lluvia. Hágase la tierra. Que haya plantas y animales. Que exista el jardín del Edén” Finalmente dijo: “hágase el hombre también”.
Con seguridad digo hágase sat*nás. De lo contrario éste no existiría. Entonces surge la pregunta: “por qué tuvo que crear a sat*nás?”
Por una razón muy buena. El alumno que malgasta su vida andando de acá para allá sin estudiar sus lecciones, se sentirá muy infeliz cuando en la escuela tenga que dar un examen. Considerará al docente como la personificación de sat*nás. “Maldito diabl* que me ha dado todas éstas preguntas! Cómo espera que las conteste?. Pero el alumno diligente esperará el examen como una oportunidad para demostrar cuánto ha estudiado. De la misma manera, sat*nás--- o la tentación --- es cierta clase de examen. Dios te ha estado enseñando a ti , te ha dado buenos consejos. “Haz esto. No hagas aquello” Cómo puede cerciorarse de que has comprendido bien su consejo? En el aula te enseña lo que debes y no debes hacer, después te envía un examinador para probarte. Le dice: “anda y pruébalo. Ya le enseñe una lección. Solo deseo saber si la aprendido bien..
De ésta manera sat*nás --- o la tentación --- te prueba a ti.
Desafortunadamente, en ocasiones, las personas caen. En ese momento Dios dice: ¡ah, ya veo, no aprendió bien la lección. Muy bien entonces, que aprenda por experiencia propia”.
Dios siempre te “castiga” con misericordia, nunca con ira. Cuando el médico te extirpa un tumor, el acto en sí parece riguroso pero está impulsado por la bondad. “No puede eliminarlo fácilmente”. Se necesita una operación muy delicada. “Permitame extraerlo” Un corazón bondadoso pero una acción severa. Al principio el Maestro es todo compasión. Alienta a sus alumnos con amabilidad y muchas bendiciones. “Aquí tienes más regalos, eres muy buen alumno”. Siempre te daré cosas buenas. Si pasas bien el examen te otorgaré el grado más alto posible.”
Pero si el alumno fracasa constantemente, el Maestro lo “castigará”. Ese acto también está impulsado por la misericordia. El crecimiento del alumno es el propósito del castigo. El castigo no proviene de la ira: recurre a él para eliminar nuestra impureza. El mal no es alguien más a parte de Dios. Es Dios mismo, visto desde el ángulo equivocado. El bien y el mal son caras de la misma moneda. Escribe la palabra “Dios”. Si se lee del ángulo correcto, es Dios, pero si se del incorrecto es una palabra no significativa en Español. Todo depende de cuál ángulo lo considere uno.
Por encima del poder máximo, no existen ni el mal ni el bien. Uno se aproxima de diversas maneras. Los adoradores del mal son castigados por sus tendencias nocivas, por su enfoque incorrecto. Castigados para corregirlos y ayudarlos a comprender que han hecho mal, con el fin de que hagan el bien.
Comprende que nada en la naturaleza, nada del reino de Dios te castiga a ti. Él no odia a sus hijos. En ocasiones, un padre es severo con su hijo, pero si no lo fuera, el hijo se convertiría en un malcriado. Dios nunca cometería ese error. Sin duda, nos castigará si es necesario, pero para nuestro bien. Por eso decimos que todas las dificultades y los problemas son bendiciones disfrazadas. Si sólo conociéramos el propósito impulsor de esas experiencias y las aceptáramos, no culparíamos a nadie más, ni a Dios.
Entonces, qué es el mal? Es algo que aparece en el lugar indebido, como el polvo. Algo bueno, colocado en un sitio incorrecto, es como cierta clase de polvo, que debe ser eliminado. De igual manera, así es el Poder de Dios: ni bueno ni malo. Pensemos en la electricidad. Es divina o maligna? Es neutral. Sencillamente ES. Pero según el enfoque que se adopte, uno recibe su beneficio o su castigo. Cuando enciendes una lámpara, tiene luz. Si accionas la perilla de un receptor de radio, puedes escuchar música. Ahora bien, toca un cable directamente con tu mano. Los que tocan el cable con su mano dicen que la electricidad es nociva. Quiénes encienden una lámpara, opinan que es hermosa.
Los poderes de Dios son similares. Si piensa uno en Dios con una mente sucia, él lo “castiga” por su enfoque perverso. Está bien que sea así. El infierno hace más atractivo al cielo.
Con seguridad digo hágase sat*nás. De lo contrario éste no existiría. Entonces surge la pregunta: “por qué tuvo que crear a sat*nás?”
Por una razón muy buena. El alumno que malgasta su vida andando de acá para allá sin estudiar sus lecciones, se sentirá muy infeliz cuando en la escuela tenga que dar un examen. Considerará al docente como la personificación de sat*nás. “Maldito diabl* que me ha dado todas éstas preguntas! Cómo espera que las conteste?. Pero el alumno diligente esperará el examen como una oportunidad para demostrar cuánto ha estudiado. De la misma manera, sat*nás--- o la tentación --- es cierta clase de examen. Dios te ha estado enseñando a ti , te ha dado buenos consejos. “Haz esto. No hagas aquello” Cómo puede cerciorarse de que has comprendido bien su consejo? En el aula te enseña lo que debes y no debes hacer, después te envía un examinador para probarte. Le dice: “anda y pruébalo. Ya le enseñe una lección. Solo deseo saber si la aprendido bien..
De ésta manera sat*nás --- o la tentación --- te prueba a ti.
Desafortunadamente, en ocasiones, las personas caen. En ese momento Dios dice: ¡ah, ya veo, no aprendió bien la lección. Muy bien entonces, que aprenda por experiencia propia”.
Dios siempre te “castiga” con misericordia, nunca con ira. Cuando el médico te extirpa un tumor, el acto en sí parece riguroso pero está impulsado por la bondad. “No puede eliminarlo fácilmente”. Se necesita una operación muy delicada. “Permitame extraerlo” Un corazón bondadoso pero una acción severa. Al principio el Maestro es todo compasión. Alienta a sus alumnos con amabilidad y muchas bendiciones. “Aquí tienes más regalos, eres muy buen alumno”. Siempre te daré cosas buenas. Si pasas bien el examen te otorgaré el grado más alto posible.”
Pero si el alumno fracasa constantemente, el Maestro lo “castigará”. Ese acto también está impulsado por la misericordia. El crecimiento del alumno es el propósito del castigo. El castigo no proviene de la ira: recurre a él para eliminar nuestra impureza. El mal no es alguien más a parte de Dios. Es Dios mismo, visto desde el ángulo equivocado. El bien y el mal son caras de la misma moneda. Escribe la palabra “Dios”. Si se lee del ángulo correcto, es Dios, pero si se del incorrecto es una palabra no significativa en Español. Todo depende de cuál ángulo lo considere uno.
Por encima del poder máximo, no existen ni el mal ni el bien. Uno se aproxima de diversas maneras. Los adoradores del mal son castigados por sus tendencias nocivas, por su enfoque incorrecto. Castigados para corregirlos y ayudarlos a comprender que han hecho mal, con el fin de que hagan el bien.
Comprende que nada en la naturaleza, nada del reino de Dios te castiga a ti. Él no odia a sus hijos. En ocasiones, un padre es severo con su hijo, pero si no lo fuera, el hijo se convertiría en un malcriado. Dios nunca cometería ese error. Sin duda, nos castigará si es necesario, pero para nuestro bien. Por eso decimos que todas las dificultades y los problemas son bendiciones disfrazadas. Si sólo conociéramos el propósito impulsor de esas experiencias y las aceptáramos, no culparíamos a nadie más, ni a Dios.
Entonces, qué es el mal? Es algo que aparece en el lugar indebido, como el polvo. Algo bueno, colocado en un sitio incorrecto, es como cierta clase de polvo, que debe ser eliminado. De igual manera, así es el Poder de Dios: ni bueno ni malo. Pensemos en la electricidad. Es divina o maligna? Es neutral. Sencillamente ES. Pero según el enfoque que se adopte, uno recibe su beneficio o su castigo. Cuando enciendes una lámpara, tiene luz. Si accionas la perilla de un receptor de radio, puedes escuchar música. Ahora bien, toca un cable directamente con tu mano. Los que tocan el cable con su mano dicen que la electricidad es nociva. Quiénes encienden una lámpara, opinan que es hermosa.
Los poderes de Dios son similares. Si piensa uno en Dios con una mente sucia, él lo “castiga” por su enfoque perverso. Está bien que sea así. El infierno hace más atractivo al cielo.
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