El deseo es movido por los intereses,
valoraciones, apreciaciones,
que ha forjado la “historia personal” del individuo
en un ego central limitado.
Si cesa el deseo cesarán todos esos condicionamientos
y limitaciones propios de un ser pequeño.
Cuando se detiene el pensamiento se abren las puertas
a la luz de la Consciencia, cuando cesa el deseo,
se abren las puertas a la fuerza de la Voluntad.
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