Sometimes there would be a rush of noisy visitors
and the Silence of the monastery would be shattered.
This would upset the disciples;
not the Master, who seemed just as content
with the noise as with the Silence.
To his protesting disciples he said one day,
"Silence is not the absence of sound,
but the absence of self."
"En ocasiones los ruidosos visitantes
ocasionaban un verdadero
alboroto que acababa con el silencio del monasterio.
Aquello molestaba bastante a los discípulos;
no así al Maestro, que parecía
estar tan contento con el ruido como con el silencio.
Un día, ante las protestas de los discípulos, les dijo:
El silencio no es la ausencia de sonido,
sino la ausencia de ego."
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