Lo más difícil es la capacidad de ver,
ver simplemente,
con sinceridad,
sin engañarse,
porque ver significa cambio,
nada a qué agarrarse,
y estamos acostumbrados
a buscarnos asideros
y a andar con muletas.
En cuanto llegas a ver con claridad,
tienes que volar;
y volar,
es no tener nada de que agarrarte.
El susto mayor es por
la aniquilación de todo miedo,
puesto que los miedos han sido el manto
en el que te envolvías para no ver
ni ser visto.
Dejar cosas atrás
y enfrentarte a la felicidad,
cuando no quieres ser feliz a ese precio.
Una felicidad que has de expresar tú
y no esperar que te la den hecha.
Aunque vas diciendo que buscas la felicidad,
lo cierto es que no quieres ser feliz.
Prefieres volver al nido antes que volar
porque tienes miedo,
y el miedo es algo conocido
y la felicidad no.
ver simplemente,
con sinceridad,
sin engañarse,
porque ver significa cambio,
nada a qué agarrarse,
y estamos acostumbrados
a buscarnos asideros
y a andar con muletas.
En cuanto llegas a ver con claridad,
tienes que volar;
y volar,
es no tener nada de que agarrarte.
El susto mayor es por
la aniquilación de todo miedo,
puesto que los miedos han sido el manto
en el que te envolvías para no ver
ni ser visto.
Dejar cosas atrás
y enfrentarte a la felicidad,
cuando no quieres ser feliz a ese precio.
Una felicidad que has de expresar tú
y no esperar que te la den hecha.
Aunque vas diciendo que buscas la felicidad,
lo cierto es que no quieres ser feliz.
Prefieres volver al nido antes que volar
porque tienes miedo,
y el miedo es algo conocido
y la felicidad no.
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