No es difícil entrar en contacto con energías retenidas.
Siéntese a solas en un sitio silencioso.
Respire naturalmente.
Ahora, sin cambiar el ritmo de la respiración,
fije su atención en la facilidad
con que inhala y exhala.
No haga nada más hasta que su respiración
sea tranquila y rítmica.
Cuando llegue a ese punto,
trate de recordar un incidente muy desagradable
de su pasado durante el cual se hayan manifestado
muchas emociones negativas,
como una humillación
o un momento de vergüenza o de culpa.
Digamos que fue atrapado
haciendo trampa en un examen o robando.
No importa si el incidente fue serio o intrascendente
– se trata de identificar la emoción persistente.
Traiga a la mente una imagen nítida de ese incidente
y experimente los sentimientos de ese momento.
Ahora lleve su atención a la respiración
– ésta ya no será tranquila.
Dependiendo del tipo de emoción traída a la memoria,
su respiración se tornará irregular o superficial;
podría incluso retener el aliento
o sentir que le falta el aire.
Estos cambios reflejan el hecho de que
la respiración es el reflejo fiel del proceso de pensamiento y,
en particular, del recuerdo de una emoción.
Lo que está experimentando son tres componentes:
memoria, energía y apego.
Cuando los tres se reúnen,
forman el comienzo de una subpersonalidad.
Todas las subpersonalidades desean lo mismo:
expresarse a través de nosotros.
El lactante que llora,
el niño solo,
el adolescente frustrado,
el amante esperanzado,
el trabajado ambicioso
– todos desean vivir la vida a través de nosotros.
Y lo hacen a su manera.
Ninguna de las personalidades logra realizarse plenamente;
por lo tanto, todas deben gritar
para tener un momento en el Sol
– o en la sombra.
El conflicto resultante es el que hace que la vida
sea tan ambigua, tan llena de luz y sombra a la vez.
Sin embargo el Mago vive solamente en la Luz.
Al igual que un bebé,
el Mago no retiene la energía.
Habiendo liberado todos los apegos recordados
que le sirven de combustible a nuestra lucha interior,
el mago ha logrado ir más allá de la personalidad
para vivir en la consciencia pura.
La forma de pasar del estado mortal al estado del Mago
podría parecer misteriosa,
pero en realidad es completamente natural.
Lo único que se necesita es equilibrio,
que el flujo de la vida se encargará de preservar.
Siéntese a solas en un sitio silencioso.
Respire naturalmente.
Ahora, sin cambiar el ritmo de la respiración,
fije su atención en la facilidad
con que inhala y exhala.
No haga nada más hasta que su respiración
sea tranquila y rítmica.
Cuando llegue a ese punto,
trate de recordar un incidente muy desagradable
de su pasado durante el cual se hayan manifestado
muchas emociones negativas,
como una humillación
o un momento de vergüenza o de culpa.
Digamos que fue atrapado
haciendo trampa en un examen o robando.
No importa si el incidente fue serio o intrascendente
– se trata de identificar la emoción persistente.
Traiga a la mente una imagen nítida de ese incidente
y experimente los sentimientos de ese momento.
Ahora lleve su atención a la respiración
– ésta ya no será tranquila.
Dependiendo del tipo de emoción traída a la memoria,
su respiración se tornará irregular o superficial;
podría incluso retener el aliento
o sentir que le falta el aire.
Estos cambios reflejan el hecho de que
la respiración es el reflejo fiel del proceso de pensamiento y,
en particular, del recuerdo de una emoción.
Lo que está experimentando son tres componentes:
memoria, energía y apego.
Cuando los tres se reúnen,
forman el comienzo de una subpersonalidad.
Todas las subpersonalidades desean lo mismo:
expresarse a través de nosotros.
El lactante que llora,
el niño solo,
el adolescente frustrado,
el amante esperanzado,
el trabajado ambicioso
– todos desean vivir la vida a través de nosotros.
Y lo hacen a su manera.
Ninguna de las personalidades logra realizarse plenamente;
por lo tanto, todas deben gritar
para tener un momento en el Sol
– o en la sombra.
El conflicto resultante es el que hace que la vida
sea tan ambigua, tan llena de luz y sombra a la vez.
Sin embargo el Mago vive solamente en la Luz.
Al igual que un bebé,
el Mago no retiene la energía.
Habiendo liberado todos los apegos recordados
que le sirven de combustible a nuestra lucha interior,
el mago ha logrado ir más allá de la personalidad
para vivir en la consciencia pura.
La forma de pasar del estado mortal al estado del Mago
podría parecer misteriosa,
pero en realidad es completamente natural.
Lo único que se necesita es equilibrio,
que el flujo de la vida se encargará de preservar.
2 comentarios:
ESTO ES MA-RA-VI-LLO-SO!!!!!!
Lo hiciste Grabriela???
:-)
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