A Krishnamurti lo quisieron entronizar
como jefe de la orden que lo había educado,
pero él, en el discurso que dijo
el día en que lo querían entronizar, desbarató todo.
Manifestó:
"No podeís seguirme, ni a mí ni a nadie:
El día que sigaís a una persona, dejará de existir la verdad."
Si seguimos a alguien, nos quedamos con la fórmula:
hay que se iluminado, no seguir a los iluminados.
Hay que mirar la luna, no quedarse mirando el dedo.
Quizás una prostituta pueda entrar en el Cielo
antes que una monja, porque la prostituta,
a fuerza de vivir y conocer la vida,
puede llegar a amar,
pero la monja, por tratar de amar a Dios,
puede dejar de amar a todo el mundo.
"Cuando el sabio señala la luna,
el necio se queda mirando el dedo"
Esto es lo que ocurre con las religiones
cuando quieren atrapar la verdad.
1 comentarios:
QUE VERDAD! NADA MAS CIERTO QUE LA IRREALIDAD DE LAS RELIGIONES... AMA DIOS, LIBREMENTE, SIÉNTELO,VÍVELO.. ASÍ LLEGARAS MAS PRONTO A ÉL.
Publicar un comentario