Un verdadero profesor espiritual
no tiene nada que enseñar
en el sentido convencional de la palabra;
no tiene nada que darte o añadirte,
ya se trate de nueva información,
de creencias o de reglas de conducta.
Su única función consiste
en ayudar a librarte de aquello que te aleja
de la verdad de lo que eres
y de lo que sabes en el fondo de tu ser.
El profersor espiritual está allí para descubrirte
y revelarte esa dimensión de profundidad interna
que también es paz.
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