Sintonízate,
encuentra tu propia nota,
hazla sonar alta y clara,
porque tu eres parte
de la inmensa orquesta de la vida.
Tienes que interpretar
tu propia parte específica,
así que no trates de interpretar
el rol de otro.
Busca y encuentra el que te es propio
y atiénete a él.
Cuando aprendas a hacerlo,
todo estará muy, muy bien contigo.
Aquellos que buscan tocar la nota de otro
se encontrarán fuera de la armonía del conjunto.
Nunca trates de ser como algún otro
o hacer lo que otro está haciendo.
Yo no los quiero a todos idénticos,
como las arvejas en la vaina.
Los necesito a todos diferentes
con sus propios dones
y cualidades personales.
Una orquesta compuesta
por todos sus instrumentos iguales
sería muy aburrida.
Cuantos más instrumentos
se unan en perfecta armonía,
el sonido que produzcan
será más rico y maravilloso.
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