De acuerdo con la autoridad familiar,
que tradicionalmente representaban las mujeres mayores,
las abuelas eran las guardianas que debían velar
por la supervivencia física y espiritual de la familia y,
por tanto, de la tribu.
Las abuelas se convirtieron en las depositarias
de las enseñanzas y de los rituales que permitían
hacer florecer a la tribu y se encargaban
de mantener el orden social.
En muchas tribus del mundo,
incluida la nación iroquesa
(en cuya constitución se inspiró la de Estados Unidos),
se consultaba siempre al Consejo de las Abuelas
antes de tomar una decisión imporante.
Por ejemplo, la decisión de ir a la guerra o no.