Todo lo que tú hagas empieza dentro de ti
en forma de una semilla, Karma, o sea,
la reacción de tus acciones, forma las semillas
que se almacenan en el granero de tu mente,
la bolsa Kármica.
Tú has de entregar una semilla tras otra.
A veces las entregas en grupos --- grupos Karma ---
a veces, una por una.
El tiempo de la entrega, depende de la fuerza de la semilla.
Una semilla más madura germina pronto,
de modo que su tu haces diez karmas o acciones hoy,
quizás la sexta y la octava fructifiquen mañana.
La primera y la segunda quizás
no produzca fruto en unos diez años.
No siempre obtienes una reacción
en el mismo modo en que ejecutaste una acción,
eso depende de la intensidad con la cual la ejecutaste
y la clase de karma que sea.
Si tu comes un alimento indeseable
e inmediatamente después pones un dedo
sobre la llama de una vela,
tu primer karma es comer el alimento
y el segundo es poner tu dedo sobre la llama.
Sin embargo, el segundo karma
produce resultados inmediatamente.
El primer karma quizás no germinará
en dos o tres días: entonces, sentirás dolor de estómago.
Pero sea lo que fueres que hayas hecho,
seguramente tendrás que aceptar su reacción,
ya sea como recompensa o como ofensa.
Ningún maestro gurú, escritura, templo,
sinagoga, ni iglesia pueden purificarte de tu Karma.
Incluso Dios, no eliminará tu karma.
Solamente sembrando hoy semillas de acciones desinteresadas,
puedes purgarlas.
Conocer el karma puede ser útil.
Si acaso alguien te insulta o golpea sin razón aparente,
tú puedes pensar:
“Probablemente sea mi karma.
Tal vez lastimé a alguien antes y me escapé de que me dañaran.
Ahora regresa a mi y me toca aceptarlo”
No hay efecto sin causa.
Nadie te lastimará, si en realidad eres inocente.
Quizás seas inocente ahora,
pero días antes, años antes y aún en la vida anterior,
probablemente no lo eras.
Siembras mejor karma cuando no devuelves mal por mal.
Un pleito no detendrá otro pleito.
Aceptar la injuria sin responder con otra injuria,
es práctica espiritual óptima.
Hacerlo requiere esfuerzo.
Derramar amor sobre el odio
es como derramar agua sobre el fuego.
Al fin descubrirás como ejecutar acciones perfectas,
sin sembrar ningún karma.
Una acción se hace perfecta
cuando la llevas a cabo completamente,
con gozo y sin esperar nada.
Todos los demás actos por maravillosos que sean,
por hermosos que se vean
--- tengan la reputación que tuvieren ---
son imperfectos porque afectan a tu mente.
Te preguntarás: “qué pasa con las buenas acciones?
Eso es como si un perico dijese:
“Llévense ésta sucia jaula de fierro y tráiganme una de oro”.
Se ve preciosa, pero es una jaula.
Todo lo que haces con expectación, te ciega.
La causa del nacimiento y la muerte es tu karma,
acciones hechas esperando recompensa.
Claro que no es fácil renunciar inmediatamente al mal.
De modo que al principio, por lo menos,
se aconseja vencer las acciones malas,
haciendo las cosas por el mérito y la virtud mismos.
No obstante, para ser verdaderamente libres,
hemos de actuar sin expectaciones,
renunciando tanto a los malos c
omo a los buenos frutos de nuestras acciones.
Eso es karma yoga, hacer todo por Amor a Dios
y a la humanidad.
No esperar nada en pago.
Y lo que se hace, se hace perfectamente
como un servicio a Dios,
porque no se tiene temor de los resultados futuros.
La mayoría de la gente actúa por sus propios intereses.
La sola idea de beneficios futuros es emocionante:
la gente tiende a construir castillos en el aire,
pero, como enseña el relato musulmán de Alnasur,
el solo pensamiento de futuros beneficios
puede hacerte perder todo.
En cierta ocasión, un hombre llamado Alnasur
se fue al mercado, donde se le presentó la oportunidad
de hacer un trabajo, levantando cosas,
llevándolas a otro lugar y colocándolas allí.
Le pagaron cinco dólares.
Era la mayor cantidad que jamás había tenido en sus manos.
“Dios mio,. Qué haré?” pensó.
“Con éstos cinco dólares compraré huevos en la tienda,
los llevaré a casa en mi aldea y los venderé”.
Así que compró los huevos,
los arregló en un cesto bien cubierto,
se lo colocó sobre la cabeza e inició su regreso a casa.
Luego de un rato se sintió cansado
y se sentó para descansar junto a su carga.
En el camino había estado soñando:
“cuando regrese los venderé en mi aldea,
donde no hay huevos tan excelentes.
Me será fácil venderlos al doble y ganar diez dólares,
una ganancia del ciento por ciento.”
Estaba tan emocionado con esa posibilidad
que se levantó y caminó otra vez, hasta que se cansó.
Volvió a bajar el cesto, lo colocó al frente
y se recostó a descansar, continuando con su sueño:
“Con los diez dólares regresaré al mercado,
los venderé y obtendré veinte dólares.
ero con esos veinte dólares no compraré huevos.
Es un negocio insignificante.
Compraré lo que más desee el pueblo,
regresaré y lo venderé, ésta vez quizás al triple,
porque con los huevos sólo puedo ganar el ciento por ciento.
Si compro cosméticos, fácilmente puedo ganar trescientos o cuatrocientos por ciento”.
Se sentó y se apoyó sobre un árbol,
unto al cesto y continuó soñando.
En su sueño, pronto había ganado ciento de miles de dólares.
Ya convertido en rico, dijo:
“Ahora que soy verdaderamente rico,
no puedo vivir solo.
Naturalmente debo buscarme una hermosa muchacha
para casarme. Sin duda, que cuando vean cuán pudiente soy,
Mirastar, el hombre más rico del pueblo,
vendrá a ofrecerme a su encantadora hija.
Después de un poco de indecisión de mi parte,
me casaré con ella.
Luego, por supuesto, ella me dará un hermoso bebé.
Cuando regrese de mi trabajo,
ella me traerá al bebé para que juegue conmigo.
A veces regresaré a casa un poco cansado,
y si ella me trae al bebé le, diré:
“Estoy muy cansado.
Ahora no quiero al bebé. Llévatelo”,
si ella dice: “No, por favor, quédate con él ahora” e insiste,
yo insistiré también:
“No, no, estoy muy cansado”
Si ella continúa insistiendo, le daré un puntapié, así”.
Y Alnasur dio un puntapié tan fuerte,
que golpeó el cesto con los huevos y los rompió.
Esta es la historia de Alnasur.
Al buscar beneficios futuros
no podemos vivir bien el presente.
No estoy diciendo que construir castillos en el aire,
absolutamente nunca sea bueno.
Edificar castillos con buenas ideas --- un paso a la vez ---
puede ser útil.
Un poquito de expectaciones puede ser bueno
para motivar, pero no insistas en el beneficio personal
o te decepcionarás y frustrarás fácilmente.
Como dice un hermoso himno:
“Un paso solamente es suficiente para mi.
No me dejes seguir todo el camino.
Sólo muéstrame los siguientes dos pasos,
y cuando llegué allí, estaré listo para ver adelante”.
El gozo de hacer un trabajo bien hecho
es la mejor recompensa.
Nadie puede quitarte esa satisfacción.
Si esperas estar satisfecho con los resultados,
con seguridad se sentirás insatisfecho.
Por eso, en muchas situaciones,
no importa cuan grandes o intrascendentes sean,
la gente se perturba y entristece,
al acercarse a sus objetivos.
Si alguna vez te sientes alterado por una emoción semejante,
o por una emoción anticipada, sabe que, es ése momento,
no te estás comportando como un yogui karma.
El yogui karma actúa sin apego a los frutos de su labor.
Actúa por el gozo de ejecutar,
no por los beneficios posteriores.
Su mente está en el presente,
y sus acciones son perfectas.
Su servicio es para Dios y para toda la humanidad.
De modo que el yogui karma
ha de poner más atención al detalle
de la que ponen la mayoría de los comerciantes en su negocio.
Ha de hacer su trabajo diez veces mejor
que la persona que está sembrando semillas de Karma.
La gente actúa con su mente puesta en los beneficios futuros.
Ni siquiera piensa en lo que está haciendo;
por eso pierde eficiencia.
Ve con calma, se constante.
Si piensas con rapidez, pierdes todo tu poder.
No calcules cuáles serán los frutos.
Si algún fruto te llega, puedes saborearlo,
más no lo busques.
Haz una cosa por vez.
Concentra tus esfuerzos.
en forma de una semilla, Karma, o sea,
la reacción de tus acciones, forma las semillas
que se almacenan en el granero de tu mente,
la bolsa Kármica.
Tú has de entregar una semilla tras otra.
A veces las entregas en grupos --- grupos Karma ---
a veces, una por una.
El tiempo de la entrega, depende de la fuerza de la semilla.
Una semilla más madura germina pronto,
de modo que su tu haces diez karmas o acciones hoy,
quizás la sexta y la octava fructifiquen mañana.
La primera y la segunda quizás
no produzca fruto en unos diez años.
No siempre obtienes una reacción
en el mismo modo en que ejecutaste una acción,
eso depende de la intensidad con la cual la ejecutaste
y la clase de karma que sea.
Si tu comes un alimento indeseable
e inmediatamente después pones un dedo
sobre la llama de una vela,
tu primer karma es comer el alimento
y el segundo es poner tu dedo sobre la llama.
Sin embargo, el segundo karma
produce resultados inmediatamente.
El primer karma quizás no germinará
en dos o tres días: entonces, sentirás dolor de estómago.
Pero sea lo que fueres que hayas hecho,
seguramente tendrás que aceptar su reacción,
ya sea como recompensa o como ofensa.
Ningún maestro gurú, escritura, templo,
sinagoga, ni iglesia pueden purificarte de tu Karma.
Incluso Dios, no eliminará tu karma.
Solamente sembrando hoy semillas de acciones desinteresadas,
puedes purgarlas.
Conocer el karma puede ser útil.
Si acaso alguien te insulta o golpea sin razón aparente,
tú puedes pensar:
“Probablemente sea mi karma.
Tal vez lastimé a alguien antes y me escapé de que me dañaran.
Ahora regresa a mi y me toca aceptarlo”
No hay efecto sin causa.
Nadie te lastimará, si en realidad eres inocente.
Quizás seas inocente ahora,
pero días antes, años antes y aún en la vida anterior,
probablemente no lo eras.
Siembras mejor karma cuando no devuelves mal por mal.
Un pleito no detendrá otro pleito.
Aceptar la injuria sin responder con otra injuria,
es práctica espiritual óptima.
Hacerlo requiere esfuerzo.
Derramar amor sobre el odio
es como derramar agua sobre el fuego.
Al fin descubrirás como ejecutar acciones perfectas,
sin sembrar ningún karma.
Una acción se hace perfecta
cuando la llevas a cabo completamente,
con gozo y sin esperar nada.
Todos los demás actos por maravillosos que sean,
por hermosos que se vean
--- tengan la reputación que tuvieren ---
son imperfectos porque afectan a tu mente.
Te preguntarás: “qué pasa con las buenas acciones?
Eso es como si un perico dijese:
“Llévense ésta sucia jaula de fierro y tráiganme una de oro”.
Se ve preciosa, pero es una jaula.
Todo lo que haces con expectación, te ciega.
La causa del nacimiento y la muerte es tu karma,
acciones hechas esperando recompensa.
Claro que no es fácil renunciar inmediatamente al mal.
De modo que al principio, por lo menos,
se aconseja vencer las acciones malas,
haciendo las cosas por el mérito y la virtud mismos.
No obstante, para ser verdaderamente libres,
hemos de actuar sin expectaciones,
renunciando tanto a los malos c
omo a los buenos frutos de nuestras acciones.
Eso es karma yoga, hacer todo por Amor a Dios
y a la humanidad.
No esperar nada en pago.
Y lo que se hace, se hace perfectamente
como un servicio a Dios,
porque no se tiene temor de los resultados futuros.
La mayoría de la gente actúa por sus propios intereses.
La sola idea de beneficios futuros es emocionante:
la gente tiende a construir castillos en el aire,
pero, como enseña el relato musulmán de Alnasur,
el solo pensamiento de futuros beneficios
puede hacerte perder todo.
En cierta ocasión, un hombre llamado Alnasur
se fue al mercado, donde se le presentó la oportunidad
de hacer un trabajo, levantando cosas,
llevándolas a otro lugar y colocándolas allí.
Le pagaron cinco dólares.
Era la mayor cantidad que jamás había tenido en sus manos.
“Dios mio,. Qué haré?” pensó.
“Con éstos cinco dólares compraré huevos en la tienda,
los llevaré a casa en mi aldea y los venderé”.
Así que compró los huevos,
los arregló en un cesto bien cubierto,
se lo colocó sobre la cabeza e inició su regreso a casa.
Luego de un rato se sintió cansado
y se sentó para descansar junto a su carga.
En el camino había estado soñando:
“cuando regrese los venderé en mi aldea,
donde no hay huevos tan excelentes.
Me será fácil venderlos al doble y ganar diez dólares,
una ganancia del ciento por ciento.”
Estaba tan emocionado con esa posibilidad
que se levantó y caminó otra vez, hasta que se cansó.
Volvió a bajar el cesto, lo colocó al frente
y se recostó a descansar, continuando con su sueño:
“Con los diez dólares regresaré al mercado,
los venderé y obtendré veinte dólares.
ero con esos veinte dólares no compraré huevos.
Es un negocio insignificante.
Compraré lo que más desee el pueblo,
regresaré y lo venderé, ésta vez quizás al triple,
porque con los huevos sólo puedo ganar el ciento por ciento.
Si compro cosméticos, fácilmente puedo ganar trescientos o cuatrocientos por ciento”.
Se sentó y se apoyó sobre un árbol,
unto al cesto y continuó soñando.
En su sueño, pronto había ganado ciento de miles de dólares.
Ya convertido en rico, dijo:
“Ahora que soy verdaderamente rico,
no puedo vivir solo.
Naturalmente debo buscarme una hermosa muchacha
para casarme. Sin duda, que cuando vean cuán pudiente soy,
Mirastar, el hombre más rico del pueblo,
vendrá a ofrecerme a su encantadora hija.
Después de un poco de indecisión de mi parte,
me casaré con ella.
Luego, por supuesto, ella me dará un hermoso bebé.
Cuando regrese de mi trabajo,
ella me traerá al bebé para que juegue conmigo.
A veces regresaré a casa un poco cansado,
y si ella me trae al bebé le, diré:
“Estoy muy cansado.
Ahora no quiero al bebé. Llévatelo”,
si ella dice: “No, por favor, quédate con él ahora” e insiste,
yo insistiré también:
“No, no, estoy muy cansado”
Si ella continúa insistiendo, le daré un puntapié, así”.
Y Alnasur dio un puntapié tan fuerte,
que golpeó el cesto con los huevos y los rompió.
Esta es la historia de Alnasur.
Al buscar beneficios futuros
no podemos vivir bien el presente.
No estoy diciendo que construir castillos en el aire,
absolutamente nunca sea bueno.
Edificar castillos con buenas ideas --- un paso a la vez ---
puede ser útil.
Un poquito de expectaciones puede ser bueno
para motivar, pero no insistas en el beneficio personal
o te decepcionarás y frustrarás fácilmente.
Como dice un hermoso himno:
“Un paso solamente es suficiente para mi.
No me dejes seguir todo el camino.
Sólo muéstrame los siguientes dos pasos,
y cuando llegué allí, estaré listo para ver adelante”.
El gozo de hacer un trabajo bien hecho
es la mejor recompensa.
Nadie puede quitarte esa satisfacción.
Si esperas estar satisfecho con los resultados,
con seguridad se sentirás insatisfecho.
Por eso, en muchas situaciones,
no importa cuan grandes o intrascendentes sean,
la gente se perturba y entristece,
al acercarse a sus objetivos.
Si alguna vez te sientes alterado por una emoción semejante,
o por una emoción anticipada, sabe que, es ése momento,
no te estás comportando como un yogui karma.
El yogui karma actúa sin apego a los frutos de su labor.
Actúa por el gozo de ejecutar,
no por los beneficios posteriores.
Su mente está en el presente,
y sus acciones son perfectas.
Su servicio es para Dios y para toda la humanidad.
De modo que el yogui karma
ha de poner más atención al detalle
de la que ponen la mayoría de los comerciantes en su negocio.
Ha de hacer su trabajo diez veces mejor
que la persona que está sembrando semillas de Karma.
La gente actúa con su mente puesta en los beneficios futuros.
Ni siquiera piensa en lo que está haciendo;
por eso pierde eficiencia.
Ve con calma, se constante.
Si piensas con rapidez, pierdes todo tu poder.
No calcules cuáles serán los frutos.
Si algún fruto te llega, puedes saborearlo,
más no lo busques.
Haz una cosa por vez.
Concentra tus esfuerzos.
0 comentarios:
Publicar un comentario