Mantén ese centro interior
tan tranquilo como un mar en calma,
de manera que puedas reflejar todo el bien
sin distorciones,
y luego ser capaz de irradiar todo ese bien hacia afuera.
No permitas que nada te aflija o te perturbe;
simplemente sabe que todo
se está haciendo a la perfección,
vence todos los obstáculos sin esfuerzo
y sin ninguna preocupación por el mundo.
Aprende a reirte de tí mismo,
especialmente cuando veas
que te estás poniendo demasiado serio,
distiéndete, relájate y comienza a disfrutar de la vida,
y verás que todas tensión se desvanecerá;
si te ves demasiado abrumado
por llevar un peso demasiado pesado sobre los hombros,
de inmediato suelta ese peso...
descansa ... y relájate...
Verás que en ese estado de descanso y relajación
podrás hacer mucho más
que cuando estás tenso como un pedazo de elástico,
completamente tirante y listo para romperse...
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