Bastones, Tiempo de Creer en tu Karma

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Yo no puedo darte técnicas especiales, ni puedo prometerte: 
“Ven, te enseñaré esto e irás directamente al cielo” 
Todas las enseñanzas y las prácticas son simples, 
la única dificultad estriba en echar fuera tus hábitos antiguos. 

Estos se irán de a poco si cultivas nuevos hábitos. 
Es imposible quitarse de encima los viejos hábitos 
pero puedes reemplazarlos con otros mejores.

Imagínate que estamos sentados en una habitación oscura 
y queremos alejar la oscuridad. 
Si cada uno toma un palo y empieza a golpear la oscuridad 
gritando: “Oscuridad, vete, vete!”
 lo único que estaríamos haciendo es pegarnos en la oscuridad. 
Pero si un niño trae una pequeña vela encendida, 
la oscuridad sencillamente desaparecerá. 

Trae la Luz, y en ese instante, se irá la oscuridad. 
Debes aprender a hacer las cosas por ti mismo. 

El Yoga, por ejemplo, no te enseña
a que huyas de tus problemas, 
te enseña a cómo afrontar la vida. 

Existen dos voces dentro de ti, 
el yo interior y el superior. 

Si eres capaz de aprender a escuchar 
la voz de tu yo superior, entonces, 
podrás seguir lo que ella te diga. 
Disfrutarás de la jornada a la que te lleva 
porque crecer es natural, no doloroso.

Recuerda, el Yo puro, 
no tiene que llegar a ser feliz, siempre lo es.

Tu estás llevando a cabo prácticas, meditación, 
posturas, respiración, etc, de modo que no perderás tu paz. 
Tus prácticas no son para lograr la felicidad o la paz, 
son para detener lo que pudiera estorbarlas.

Uno de los mayores obstáculos, 
es nuestra tendencia a culpar a otros cuando algo sale mal. Inmediatamente buscamos a un chivo expiatorio: 
“me caí porque el camino estaba torcido”. 

Cuán rápidamente las personas entablan demanda 
contra el constructor. No queremos aceptar nuestra propia culpa. Queremos que las compañías aseguradoras 
paguen por nuestros fracasos. 
Alguien más debe pagar siempre por nuestro error. 

Es tiempo de creer en tu Karma
Cuando te metes en problemas, 
piensa que tú eres el culpable: 
“algo habré hecho en alguna parte, 
por eso estoy afrontando esto, de otra manera, 
por qué tendría que pasarme?” 

No puedes evadirte, pero sí 
aprender a que tu actitud para ayudarte, 
sea la apropiada. 

Lo único que un maestro espiritual puede ofrecerte 
es darte consejos de ésta índole. 
Nadie ha de garantizarte nada, 
más existen algunos bastones, 
para afrontar un camino resbaladizo. 

Con éstos métodos, tú mismo puedes andar por el camino. 
Si todavía tienes algunas dudas,
 mientras vas por el sendero, un maestro puede ayudarte 
en ocasiones al sugerirte qué hacer 
en determinada situación. 
Sin embargo, a la larga, tú tienes que hacerlo. 
La rapidez de tu éxito depende de tu sinceridad y fervor. 

Debes practicar mucho tiempo, sin descanso 
y con un interés o celo total. 
Si tienes éstas tres cualidades y sigues las prácticas, seguramente crecerás. 
Pero no puedes esperar beneficios reales tan pronto. 
Las técnicas se parecen a los jabones perfumados: 
yoga, meditación, repetición de mantras, pranayama, 
ayuno, todos son jabones, úsalos para
 lavar la anterior suciedad. 
Una vez que hayas lavado los hábitos viejos, 
no necesitarás el jabón. 
Cuando el camino ya no esté resbaladizo, 
te hará falta un bastón? 

La mayoría de las personas busca esos bastones
 cuando ya han probado todo lo demás. 
Pensando que podían encontrar felicidad al comer, 
beber, inhalar algo o buscando algún placer personal. 

Pero nada pudo satisfacerlos. 
Ninguno de esos otros medios fue capaz 
de eliminar su infelicidad. 

Finalmente se dijeron: 
“olvídalo, he probado todo eso y estoy cansado. 
Esas cosas son pura basura. No me ayudarán”

Esas personas son aspirantes espirituales. 
Los que solamente leen acerca de esto, 
en realidad no lo son. 
La lectura no ayudará. 
Tú puedes leer todos los libros del mundo 
y ser una biblioteca ambulante o escuchado todas las cintas magnetofónicas y ser una grabadora viviente 
de alta fidelidad con dieciséis canales. 

Sin embargo, la grabadora no sabe nada de música, 
sólo la reproduce. 

El escolar no ha experimentado lo que lee. 
El verdadero aspirante renuncia a todo lo demás 
y va a la práctica. 

Entrega todo para mantener esa Paz. 
Con el tiempo hace sus prácticas de acuerdo al Karma yoga, 
no sólo para su crecimiento sino para beneficio de los demás.

No es una jornada fácil, pero si la comprendes bien
 y sabes los beneficios, la disfrutarás. 

El gozar de algo no quiere decir que puedes tomarlo ligeramente. 
Si eres serio cuando conduces un automóvil, 
disfrutarás del camino. Si eres descuidado, 
no sentirás placer por el viaje. 
La seriedad es importante, pero no te pongas tenso. 
Cuando estás tenso, no estás practicando
 con la actitud correcta; todavía no has entendido 
qué estás haciendo. No importan cuán duro, 
difícil o penoso sea algo, puedes disfrutarlo. 

Piensa en los que escalan la cumbre del monte Everest. 
Arriesgan su vida pero disfrutan. 
Es un trabajo serio, pero conocen el beneficio, 
la fama vendrá después. Aunque esa fama es temporal, 
no tan valiosa, ellos están dispuestos 
a pasar los apuros que trae consigo. 

Ahora considera la meta del yogui: paz y gozo eternos. 
Por muy difícil que sea el camino, puedes disfrutarlo. 
Los yoghis hacen todo por placer. 
Para ellos, la vida entera es de gozo. 

Disfrutan de la vida porque saben cómo vivir en el mundo, 
sin dejarse enredar por él.

Por supuesto, esto no sucede de la noche a la mañana. 
Al principio te pondrás un poco tenso. 
Piensas: “debo hacer esto y debo hacer lo otro, 
de otra manera no alcanzaré lo que busco”. 

En consecuencia, pierdes un poco de paz al principio. 
Esto te ayudará a recordar lo siguiente: 
“hago todo por la paz. Si hacerlo perturba mi paz, 
entonces lo que estoy realizando es erróneo 
o mi método está equivocado” 

Solamente haz tu parte y deja que lo demás se arregle solo. 
Tu propia prisa perturba tu paz. 
Debes aprender a practicar sin ansiedad, 
pero al mismo tiempo con el interés apropiado. 

Es como aprender a tocar el piano. 
Al principio, quizás no sepas dónde poner las manos 
y qué tocar. Los dedos duelen y el pié 
se rehúsa a hacer su trabajo. Lleva años de práctica. 
Pero una vez que has aprendido bien, 
no necesitas mirar el teclado. 
Puedes mirar alrededor e interpretar fácilmente. 

Es un asunto serio pero vale la pena. 
Todavía recuerdo cómo aprendí a conducir una bicicleta. 
Cuando prestaba atención a mis piernas, 
olvidaba el manubrio. Cuando lo controlaba entonces 
olvidaba los pedales. Cuando alguien me superó por un kilómetro, olvidé todo. Pero con perseverancia, la gente aprende. 
Si continuamos practicando, un día, controlaremos el manubrio, 
nos mantendremos en el asiento y conduciremos la bicicleta. 
Lo que quiero decir es: 
haz lo que debas hacer y el resultado vendrá solo. 

Cuando decidas ser un verdadero buscador, 
hallarás muchos hitos que te aliviarán la jornada. 
Fortalece tu mente con ideas hermosas. 
Lleva a cabo un poco de pranayama y meditación. 
Es como darle cuerda al reloj al principio y al final del día. 

Cuando te levantas debes practicar tus prácticas espirituales. Antes de tus prácticas “pide ayuda” y ten fé en tu Maestro. Antes de acostarte puedes decir: “permíteme crecer”, 
o si ya has crecido “gracias por la oportunidad 
de crecer un poco”. 
También puedes rogar por la liberación del yo 
del cascarón del ego. Durante mucho tiempo, 
yo solía decir por la noche: 
“cada día estoy mejorando” 

Mientras no alcances la meta que te has propuesto, 
deberás trabajar duro. Sin embargo, aún en medio de la lucha, 
goza. Permanece alegre y tranquilo. 
Nunca seas implacable al entrenar tu corazón. 
Reconoce tu capacidad.
 
No trates de competir con otros
No te confundas y creas que tienes que 
aislarte del mundo para lograrlo.

Estás liberando tu mente de las asociaciones, 
pero no tienes que renunciar a tus amigos 
ni descuidar o ignorar a otros. 
No, sencillamente se trata de comprender lo que eres. 
No eres esto ni aquello. 
Todavía puedes poseer muchas cosas, 
pero no estás apegado a ellas

Puedes estar en el mundo pero no ser el mundo
De modo que tú sabes quién eres. 
Sabes lo que es eso. 
Cuando lo comprendes, finaliza la práctica. 
No puedes hacer más ni lo necesitas. 

Hasta cierto punto, algo sucede. 
Experimentas una gran verdad. 
No puedo decir qué es, y tú no lo puedes entender 
hasta que llegues a ese nivel, mediante la experiencia. 

Entonces tú comprenderás que toda la naturaleza 
y toda la humanidad son cierta clase de mecanismo. 
Las células juntas, en su totalidad, forman ese cuerpo global. 

Si comprendes esto, tu búsqueda espiritual termina. 
Cuando experimentas y comprendes eso, 
la mente encuentra su Paz perfecta.

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