El alma es una chispa del Divino
que no está situada en lo alto,
encima del ser manifestado,
sino que desciende a la manifestación
para sostener su evolución en el mundo material.
Al principio es un poder indiferenciado
de la Consciencia Divina
que contiene todas las posibilidades
que todavía no han tomado forma,
pero a las cuales es la función de la evolución darles forma.
Esta chispa está presente en todos los seres vivientes
desde los más inferiores
hasta los que han alcanzado un nivel superior.
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