Sí, ya sé qué va a preguntar ...
(Continía de Parte II)
--Y las emociones positivas como el amor y la alegría?
-- Son inseparables de su estado natural
de conexión con el Ser.
Los destellos de amor y alegría o los momentos breves
de profunda paz son posibles siempre que hay
una brecha en la corriente del pensamiento.
Para la mayor parte de las personas,
tales brechas ocurren raramente
y sólo por accidente, en momentos en que
la mente se queda "sin palabras", a veces
disparada por la belleza extraordinaria,
por un esfuerzo físico extremado
o incluso por un gran peligro.
Súbitamente hay quietud interior.
Y en esa quietud hay una sutil
pero intensa alegría,
hay amor, hay paz.
Habitualmente esos momentos se viven
muy brevemente, puesto que la mente
vuelve a tomar rápidamente su actividad ruidosa,
que llamamos pensamiento.
El amor, la alegría y la paz no pueden florecer
hasta que usted se haya liberado
del dominio de la mente.
Pero no son lo que llamaría emociones.
Reposan más allá de las emociones,
en un nivel mucho más profundo.
Así que usted tiene que hacerse completamente
consciente de sus emociones y ser capaz
de sentirlas antes de poder sentir
lo que hay más allá de ellas.
Emoción significa literalmente
"perturbación".
La palabra viene del latín: emovere,
que significa "perturbar".
El amor, la alegría y la paz, son estados profundos
del Ser o más bien tres aspectos del estado
de conexión interior con el Ser.
Como tales, no tienen contrarios.
Esto se debe a que surgen
de más allá de la mente.
Las emociones, por otra parte,
al ser parte de la mente dualista,
están sujetas al juego de los contarios.
Eso significa sencillamente que usted
no puede tener bien sin mal.
Así pues, en la condición no iluminada,
identificada con la mente,
lo que a veces se llama erróneamente
es el breve placer habitual del ciclo
continuamente alterante del sufrimiento/placer.
El placer se deriva siempre de algo que está fuera de usted,
mientras que la alegría surge de dentro.
Lo mismo que le brinda placer hoy
puede brindarle dolor mañana,
o puede abandonarlo, así que su ausencia
le traerá dolor.
Y lo que a menudo se llama amor
puede ser placentero y estimulante por un tiempo,
pero es un asidero adictivo, una condición
extremadamente menesterosa
que puede convertirse en su contraria
en un instante.
Muchas relaciones "amorosas",
después de pasada la euforia inicial, de hecho
oscilan entre el "amor" y el odio,
la atracción y el ataque.
El verdadero amor no conlleva sufrimiento.
Cómo podría?
No se convierte súbitamente en odio,
ni la verdadera alegría se convierte en dolor.
Como dije, incluso antes de que usted esté iluminado
-- antes de liberarse de su mente --,
puede tener destellos de verdadera alegría,
verdadero amor o una profunda paz interior,
tranquilos pero vibrantemente vivos.
Estos son aspectos de su verdadera naturaleza,
que está habitualmente oscurecida por la mente.
Incluso en una adicción adictiva "normal",
puede haber momentos en que la presencia
de algo más genuino, algo incorruptible
puede sentirse.
Peros serán sólo atisbos, que se ocultarán pronto
por la interferencia de la mente.
Entonces puede parecer que usted tuvo
algo muy precioso y lo perdió,
o su mente puede convencerlo de que en todo caso
fue una ilusión.
La verdad es que no fue una ilusión
y usted no puede perdelro.
Es parte de su estado natural,
que puede ser oscurecido,
pero nunca destruído por la mente.
Incluso cuando el cielo está cubierto de nubes densas,
el sol no ha desaparecido.
Está todavía allá,
al otro lado de las nubes.
(Continuará en Parte IV)
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