Quizás vuestra manera de ser,
de pensar y de vivir están cambiando.
En medio de este caos,
sentaos con la espalda recta, respirad profundamente
y decid:
"Mira por donde el viaje a ha empezado!.
Estoy en el camino del cambio."
Vuestra voluntad, intención y respiración
os permiten construir un campo energético
por medio de vuestro cuerpo
expandiéndolo hasta el éter que os rodea.
No es tarea fácil, sin embargo,
la fórmula es la más simple de todas
las recetas posibles.
Combinad sencillamente vuestra atención y voluntad
y alineando todo con vuestro corazón y vuestra mente
-- la mente de vuestro cerebro
y la mente de vuestra barriga.
De hecho, al utilizar el conjunto de vuestro ser,
expandís y llenáis vuestro campo aurico,
la burbuja de energía electromagnética que os rodea,
con todo lo que sois.
Esto a veces puede dar miedo
porque el proceso de comprensión de un o mismo
parece estar más lleno de trastos que el sótano,
armario viejo o granero,
de lo que habéis querido reconocer jamás.
No sois capaces de comprender del todo
que haya tantas cosas que guardáis dentro
de vosotros, tantos sentimientos, tantas respuestas
a todo lo que ha ocurrido en vuestra vida.
Sois un mecanismo biológico con un diseño impecable
y estáis siendo ascendidos con la velocidad de un rayo
gracias a las enormes ondas electromagnéticas
y cósmicas por las que atravesa la Tierra
en el espacio.
Si respiráis relajadamente durante
los cambios que se van produciendo,
podéis conectar con la vibración,
que acomoda cambios rápidos y acelerados.
Cuánto más dispuestos estéis en ir hacia dentro
y trabajar con lo que sois,
de haceros uno con la llama del núcleo
de vuestro Ser y seguir ardiendo
con la fe de que os encontráis en un camino
lleno de propósitos, más os convertiréis
en pioneros modificando el paradigma
que ha estado cerrado y congelado
durante miles de años.
Quizás seáis un rayo de luz y desde
la tranquilidad de vuestra propia casa
estéis fundiendo las capas de los hielos polares
y gracias a la persistencia de
vuestro propio Ser,
cambiáis el mundo.
Sed resueltos en la quietud de cada momento
ya que vuestro poder reside
en cada respiración alimentando la idea,
la creencia, de que sois
un estructura biológica magnífica.
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