Julio 1

Regocíjate y agradece

porque sabes que vives por siempre.

Vive un día por vez,

cada momento gloriosa y plenamente,

olvidando el pasado,

sin inquietud por el futuro,

aceptando sencillamente

que la vida es eterna,

que no tiene principio ni fin.

En todo momento, tu consciencia

está creciendo y expandiéndose,

estás empezando a entender el misterio

y el prodigio de la vida eterna

y la realización de tu unidad Conmigo,

el Creador de la vida.

Paso a paso te mueves hacia adelante

y hacia arriba, lleno de paz,

tranquilidad y serenidad,

dándote cuenta de que todo

está en Mis manos

y que por ello

no tienes que inquietarte por nada.

Cuando tratas de mirar demasiado lejos,

la vida se vuelve muy pesada,

y a muchos les ocasiona miedos,

dudas y aún faltas de fe y confianza.

Vuélvete un niño pequeño,

libre y gozoso,

y la vida será una continua fuente

de alegría para ti.

Cree en la vida

y vívela plenamente.