Pensamientos, emociones, percepciones sensoriales
y experiencias constituyen el contenido de tu vida.
“Mi vida” es de lo que derivas tu sentido del yo;
“mi vida” son los contenidos, o al menos eso crees.
Pasas por alto continuamente el hecho más evidente:
tu sentido más interno del Yo Soy
no tiene nada que ver con lo que ocurre ,
nada que ver con los contenidos.
Este sentido del Yo Soy es uno con el Ahora.
Siempre permanece igual. En la infancia y en la vejez,
en la salud o en la enfermedad, en el éxito y el fracazo,
el Yo Soy --- el espacio del Ahora --- permanece inmutable
al nivel más profundo.
Habitualmente se confunde con el contenido,
y por eso sólo experimentas el Yo Soy o el Ahora
levemente, indirectamente, a través de los contenidos de tu vida.
En otras palabras: tu sentido de Ser
queda oscurecido por las circunstancias,
por la corriente de pensamientos
y por todas las cosas de este mundo.
El Ahora queda oscurecido por el tiempo.
Y así olvidas que estás enraízado en el Ser,
en tu realidad divina, y te pierdes en el mundo.
Confusión, ira, depresión, violencia y conflicto
afloran cuando los seres humanos olvidan quiénes son.
Sin embargo, qué fácil es recordar la verdad:
Yo no soy mis pensamientos, emciones,
percepciones sensorias y experiencias.
Yo no soy el contenido de mi vida.
Yo soy vida.
Yo soy el espacio en el que ocurren las cosas.
Yo soy consciencia.
Yo soy el Ahora.
Yo Soy.
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