El silencio ayuda, pero no es necesario
para hallar la quietud.
Aunque haya ruido,
puedes sintonizar con la quietud subyacente,
el espacio en el que surge el ruido.
Ése es el espacio interno de pura conciencia,
la conciencia misma.
Puedes darte cuenta de que la conciencia
es el transfondo de todas tus percepciones sensoriales, de toda tu actividad mental.
Siendo conciente de la conciencia
surge la quietud interna.
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