Comienza el día dando gracias.
Date cuenta de que eres
poderosamente bendito y de que
Mis bendiciones
están derramándose sobre ti
en todo momento.
No importa cuán ingrato fuiste ayer,
lo que importa es tu actitud ahora.
Deja atrás el pasado.
No pierdas tiempo concentrándote
en tus errores pasados.
Sencillamente aprende de ellos
y luego sigue adelante
y disfruta de la vida,
agradeciendo invariablemente
por todo.
Cuando eres agradecido y
aprecias todo el bien en la vida,
el amor fluye libremente en ti
y a través de ti.
Te aburres y te vuelves inseguro
cuando dejas de dar gracias
y de apreciar Mis dones
buenos y perfectos.
Te preocupas por ti
y dejas de ocuparte de tu prójimo.
La forma más rápida de cambiar
esta actitud errónea
es comenzar a preocuparse por los otros
y comenzar a vivir brindándose
a la totalidad.
Encontrarás que tu yo
y tu preocupación por ti,
en el fondo se disolverá
y pasará a segundo lugar y se anulará.
Por qué no lo haces ahora?
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