No puedes esperar crecer espiritualmente
si no estás preparado para cambiar.
Al principio,
esos cambios pueden ser pequeños,
pero a medida que entras
más y más en lo nuevo,
serán más vitales y drásticos.
A veces necesitas un cataclismo total
para decidirte a nueva manera de vivir.
Pero es sorprendente
lo pronto que te acostumbras a cambiar,
cuando tienes el coraje y la convicción
de que los cambios que tienen lugar
son para mejorar.
Que la perfección sea siempre
tu propósito.
Continúa expandiéndote,
alcanzando lo aparentemente imposible,
creciendo en comprensión
y sabiduría, y nunca,
en ningún momento, te contentes
con mantenerte estático.
Siempre hay algo nuevo y maravilloso
por descubrir en esta vida.
Expande tu consciencia
y tu imaginación
para hacer lugar a ello.
Permanece abierto y receptivo,
de manera que no pierdas nada.
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