El sufrimiento comienza
cuando nombras o etiquetas mentalmente
una situaciòn como mala o indeseable.
Te sientes agraviado por una situaciòn
y ese resentimiento la personaliza,
haciendo que surja
el "yo" reactivo.
Nombrar y etiquetar
son procesos habituales,
pero esos hàbitos pueden romperse.
Empieza a practicar en pequeños hechos
el hàbito de "no nombrar".
Si pierdes el aviòn,
si dejas caer y rompes una taza,
o si te resbalas y caes en un charco,
puedes contenerte y no llamar
mala o dolorosa a esa experiencia'
Puedes aceptar inmdiatamente
que ese momento es como es?
Considerar que algo es malo
produce una contracciòn emocional en ti.
Cuando dejas que la situaciòn sea,
sin nombrarla,
de repente dispones de una enorme energìa.
La contracciòn corta tu conexiòn con ese poder,
el poder de la vida misma.
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