Tu debes saber cuánto tiempo necesitas ayunar para desintoxicarte completamente. Destínale a ese ayuno sólo el tiempo que consideres oportuno. Durante ese período puedes tomar tanto agua como desees, pues así limpias el sistema, tal como se limpia el radiador de tu automóvil. Más si te sientes un poco débil y no eres capaz de sostenerte solo con agua, no es perjudicial que tomes jugo de manzana o uva. Puedes eliminar toxinas al beber jugos de fruta para obtener fuerza. El jugo fresco es mucho mejor que el de lata porque probablemente éste contenga ácido.
Cuando ayunas, estás reacondicionando tu cuerpo, así como hace una reparación total a un motor. Cada parte de tu cuerpo será más sensible y delicada después del ayuno. La duración del ayuno dependerá de la cantidad de toxinas que tengas. Después que éstas hayan sido eliminadas del sistema, tu lengua estará limpia y sabrá que ha ayunado el tiempo suficiente. La eliminación se manifestará de muchas maneras, mediante granitos, diviesos, abscesos, transpiración y muchas otras formas. No te sientas frustrado o atemorizado si eso sucede. Quizás tengas un poco de comezón. En ese caso, evita la sal y no trates de rascarte porque la comezón continuará.
Quizá durante el primero o segundo día no sientas nada. Al tercer día, tal vez te encuentres un poco débil. De pronto te parecerá como que la lengua está revestida. Posiblemente tu aliento, que hasta entonces había sido normal, hederá y tu saliva le sabrá salada. La transpiración también despide mal olor. Ese olor sale de adentro. Es una buena señal. Significa que todo está siendo desalojado. Tienes que esperar un poco más. Tal vez experimentes dolores de cabeza, incluso nauseas y vómitos. Esto no es extraño cuando se está ayunando.
Con frecuencia la gente dice: “Cuando dejo de comer siento nauseas, me duele la cabeza. Es mejor que coma”. Estos síntomas comunes: tienes que esperar un poquito más. Para eliminar las toxinas más pronto, toma agua en abundancia porque así ayudas a expulsarlas; báñate, ejercita la respiración profunda. Lleva de tres a cuatro días y a veces cinco. Lentamente, lo que cubre la lengua desaparecerá. Tu vista mejorará y te sentirás más ligero. No habrá más molestias ni dolores.. Cada uno de tus sentidos se volverá más sensible. Tu saliva se tornará más apetitosa, más dulce. La mayoría de la gente no ha probado su propia saliva pura. Sus lenguas están impermeabilizadas, sus papilas gustativas han perdido su capacidad y la saliva está llena de toxinas.
Mientras continua el ayuno, experimentarás éstos síntomas saludables. Tu cuerpo se sentirá tan ligero que podrás caminar más a prisa, como si estuvieras volando. El templo Palani, en el sur de la India, está en la cima de una colina de unos mil
quinientos escalones. Yo solía asistir, cotidianamente a los servicios de la mañana y la tarde. En cierta ocasión ayuné durante cincuenta y un días. Durante ese lapso tenía que subir y bajar dos veces al día. En las primeras dos o tres jornadas era incapaz de hacerlo, pero pasó más tiempo y pude saltar cuatro o cinco escalones por vez, como si estuviera volando. Me era imposible subir escalón por escalón, pues me sentía muy ligero.
Cuando empiezas a ver esas buenas señales, puedes prepararte para terminar el ayuno. Después de un prolongado ayuno, llega la verdadera hambre. No puedes ignorarla porque te fagocitará. Cuando el hambre verdadera llegue, no mueras de inanición. En el momento en que sientas que tus sentidos están alertas y tienes verdadera hambre, empieza a comer algo.
Concluir el ayuno es aún más importante que el ayuno mismo. Después de ayunar, no te des un festín con la comida, porque puedes perjudicarte seriamente. Termínalo con algo muy ligero. Si no tienes paciencia como para salir del ayuno con lentitud, no ayunes. Tu cuerpo está como el motor de un automóvil completamente reacondicionado. No lo puedes hacer correr de inmediato a 150km por hora. Ni siquiera debes acelerarlo a más de 60Km. por hora. Deja que gradualmente el motor se acostumbre. El cuerpo también es una máquina, y al ayunar, tú lo has reacondicionado. Hazlo trabajar poco a poco después del ayuno.
El período para concluir con el ayuno, antes de reanudar el régimen alimentario normal, debe ser igual al período del ayuno mismo. Si ayunas durante una semana, termina el ayuno, lentamente, en una semana. Para finalizarlo paso a paso, considera lo que estuviste tomando mientras ayunabas. Si durante ese lapso sólo bebiste agua, toma un poco de jugo de frutas o leche, aunque la leche es un poco pesada. Lo mejor es jugo de manzanas. Para la segunda comida, o si estás en ayuno, con jugo de frutas, prueba algo semisólido, como budín de crema de trigo o un yogur natural. Agrega algunos pedacitos de pepino al yogur, añade una pizca de sal, una rociadita de pimienta y unas hojas frescas de cilantro. Es una buena receta. O cocina un poco de crema de trigo con leche o agua y añádele un poquito de miel. Es una comida realmente sabrosa y no cae pesada. Al principio sólo toma una taza.
Primero los líquidos, luego los semisólidos. Incluso hasta el tercero, cuarto o quinto día, toma los alimentos semisólidos; después unos vegetales bien cocidos, un pedazo de pan o un poco de arroz cocido. Pospone los alimentos pesados. Imagínate que estás entrando en tu cuerpo nuevo.
Pero por favor, no te vayas al otro extremo. Es mejor comer una vez al día y ser yogui. Si comes dos veces al día, todavía puedes disfrutar del mundo y ser feliz. Pero comer tres veces al día, puede fácilmente, enviarte al hospital. Limita tu vida para mayor gozo. Entrénate gradualmente para tomar el alimento apropiado cada día y en la cantidad correcta. Después, no tendrás que ayunar por largos períodos de tiempo, con el fin de eliminar toxinas.
En la vida cotidiana normal, es conveniente ayunar un día a la semana, tomando solamente agua o jugos de frutas, no productos lácteos. El efecto del ayuno del jueves, se siente el viernes. Durante los restantes días, ten cuidado al comer, no sobrecargues su sistema. Así te sentirás ligero y saludable.
El propósito del ayuno es gozar de buena salud, sin dolores ni molestias en ninguna parte. Tu cuerpo no te molestará. Cuando te sientes y medites, no tendrás distracciones físicas porque sencillamente, habrás olvidado tu cuerpo. Entonces podrás hacer más cosas con la mente. Cualquier cosa que desees realizar, recuerda que primero es el cuerpo. Cuídalo. El ayuno es una maravillosa oportunidad. Es una práctica excelente, que se combina con muchos de los días santos de todas grandes religiones. Las religiones prescriben días de ayuno. Aunque tú no ayunes por una razón espiritual o religiosa, es muy recomendable hacerlo por la salud misma. Incluso si no dispones de tiempo para largos ayunos, el llevarlo a cabo una vez por semana, sin duda, te ayudará.
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