Asegúrate de que tienes un propósito,
una meta en la vida.
Nunca quedes satisfecho yendo a la deriva
como un barco sin timón,
siendo llevado por cualquier cambio de viento,
porque sin una meta definida
no irás a ninguna parte.
Debes saber a dónde vas
y qué es lo que estás haciendo.
Demasiados seres se dejan llevar
arrastrados por la vida,
con el resultado de que no llevan a cabo
nada constructivo.
Encuentra paz y seguridad interior
y sin tensión ni estrés
sigue tu camino.
Haz lo que sabes que debes hacer
porque es algo que te ha sido revelado
dentro de ti.
Siempre reconoce
con un conocimiento interior
que lo que estás haciendo
está bien.
Entonces puedes seguir adelante
y eliminar todos los obstáculos
con verdadera fuerza
y convicción.
Sabe que Yo Soy tu brújula,
tu guía,
y que te conduciré a tu meta,
sin importar cuán difícil
pueda parecer el camino.
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