Hay que tener cuidado de extraer de una experiencia sólo la sabiduría que encierra y nada más.
No sea que nos suceda lo que a la gata
que se sentó sobre una estufa caliente.
El animal nunca volvió a sentarse
sobre una estufa caliente,
lo cual está muy bien;
pero tampoco volvió a sentarse sobre una estufa fría...
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