Aprender a ser
flexible y adaptable.
Al mismo tiempo, trabaja siempre
con un conocimiento interno firme,
de manera que no te influyan ni dependas
de circunstancias o condiciones externas.
Comprender que tu vida exterior
y tu manera de vivir
son un reflejo de tu vida interior.
Cuando tienes paz interior,
la irradias al exterior,
porque cuando tu corazón desborda Amor
no puedes evitar reflejar e irradiar
ese amor a tu alrededor.
No puedes esconder lo que está
en lo profundo de ti,
porque tu estado exterior
es un espejo de tu estado interior.
El tiempo que pasas en la quietud
y en paz,
nunca es tiempo perdido.
Es necesario que todos los seres
encuentren tiempo para aquietarse
y reflexionen sobre lo que hay
en lo profundo de su interior,
en las cosas que importan en la vida,
en lo que hace que tu vida,
sea lo que es,
en los caminos del Espíritu.
No importa cuán atareado sea tu día.
Esos momentos de quietud imprescindibles
son el verdadero soporte de tu vida.