El joven Arturo quiso saber la razón
por la cual Merlín llevaba una túnica
bordada de lunas y estrellas.
-- "Déjame mostrarte", ofreció el mago.
LLevó al niño a la cima de la colina y le preguntó:
-- "Hasta dónde alcanza tu vista?"
-- "Veo kilómetros de bosque que llegan hasta el horizonte.
No puedo ver nada más" dijo Arturo.
-- "Y qué hay más allá de eso?" preguntó Merlín.
-- "El fin del mundo, el cielo y el Sol, creo",
respondió Arturo
-- "Y más allá?"
-- "Las estrellas y luego espacio vacío hasta el infinito"
--"Y sería eso cierto si te pido que te des vuelta?",
preguntó Merlín.
El niño asintió.
--"Muy bien", dijo el mago. "Ahora sígueme"
Llevó al muchacho hasta el arroyo donde
solían tomar la siesta vespertina.
-- "Ahora, hasta donde alcanza tu mirada?",
preguntó Merlín.
-- "No puedo ver muy lejos en un bosque
tan espeso como éste, sólo hasta el último recodo del arroyo",
y Arturo señaló un punto
que no estaba a más de cien metros de distancia.
--"Pero, sabes que el arroyo llega hasta el mar,
y el mar hasta el horizonte?" preguntó Merlín.
Arturo asintió.
"Y después del horizonte, estarían
el fin del mundo, el cielo, el Sol, las estrellas
y el vacío infinito como dijiste antes?",
preguntó Merlín.
-- "Sí", respondió Arturo.
Una vez más el mago se mostró complacido
y llevó a su discípulo a la cueva de cristal.
-- "Ahora, hasta donde alcanza tu mirada?",
preguntó.
-- "Hay poca luz y lo único que puedo ver
son las paredes de la cueva" , dijo Arturo,
"pero antes de que lo preguntes, te diré que
afuera están el bosque, las montañas, el horizonte,
el cielo, el Sol, las estrellas y el espacio infinito"
--"Entonces toma nota", dijo Merlín en un tono más fuerte.
"Sin importar a dónde vayas, el mismo infinito
se extiende en todas las direcciones.
Por lo tanto, tú eres el centro del universo
donde quiera que vayas".
--"Eso parece un truco, protestó Arturo.
-- "No, el truco es de los sentidos, los cuales
te engañan haciéndote creer que estás
en un punto específico.
En realidad, cada punto del cosmos
es el mismo punto, un foco para el infinito
en todas las direcciones.
No hay aquí o allá, cerca o lejos.
A los ojos del mago, sólo hay todas partes
y ninguna parte.
Al saber esto tu también deberías llevar
una túnica de lunas y estrellas.
Sin la ilusión de tus sentidos, te darías cuenta
de que la Luna y las estrellas
están aquí mismo a tu lado"
-- "Cuándo me daré cuenta de eso?",
preguntó el niño.
-- "A su debido tiempo.
A medida que la agitación de tu alma entre en resposo,
verás los cielos en tu propio ser".