CADA MAÑANA ...

Cada mañana, al despertar,
agradece al Creador el privilegio de
tener un día más de vida y vívelo
como si fuera el primero, el único y el último.


No critiques.. si notas que algo anda mal,
colabora en la solución con palabras de amor y cariño.

No permitas que los problemas económicos te causen
intranquilidad
, recuerda que al final del camino,
lo único que podremos llevarnos serán
las buenas acciones realizadas.

Mantén el buen humor ante cualquier
situación ya que la alegría es la mejor medicina de la vida.

Sonríe ante cualquier circunstancia, y procura
no tomarte demasiado en serio.

Manifiesta tu amor hacia los demás con gestos
y palabras dulces. El buen trato convertirá
tu vida en un paraíso sin dolores ni sufrimientos.

Aprovecha el tiempo para aprender y tener una
base sólida de conocimientos que te conduzcan
a una vida triunfadora.

Evita las discusiones vanas, que solamente conducen
al distanciamiento y al rencor hacia nuestros semejantes.

Valora tu trabajo haciéndolo con amor y cariño,
ya que ennoblece a los que lo realizan con entusiasmo.

Por sobre todas las cosas acuérdate que el amor
al prójimo es el secreto de nuestra felicidad.

¿Sabe cuál es mi enfermedad? La utopía.
¿Sabe cuál es la suya? La rutina.
La utopía es el porvenir que se esfuerza por nacer.
La rutina es el pasado que se obstina en seguir viviendo.

EL ALIMENTO INFLUYE SOBRE LA MENTE:


La dieta juega un papel muy importante 
en la vida de la gente. 
La comida no sólo forma el cuerpo, 
sino también la mente. 

Mantiene una conexión directa 
con las actitudes de la mente.

Si quieres comprobarlo, ve al zoológico 
y observa a los animales. 

Advierte las diferencias en su naturaleza. 

Todos los animales carnívoros están enjaulados. 
Aún dentro de la jaula no pueden mantenerse 
quietos fácilmente.

Todo lo que ves es su inquietud, su constante ir y venir. Después de diez años el tigre todavía 
introduce su nariz entre las rejas. 

Hasta su excremento tiene olor fétido, 
pues la dieta de carne produce muchas toxinas. 
Claro que los animales tienen la capacidad de eliminarlas. 

Sólo toman lo que necesitan 
y el resto de las toxinas son eliminadas. 
En la eliminación, puedes ver la materia podrida 
que se expulsa; por eso el olor es fétido. 

Luego observa a los animales herbívoros. 
Son mansos, apacibles, y sin embargo, fuertes. 
La vaca, la cabra, el caballo, incluso el elefante. 

Advierte que sus excrementos no tienen olor fétido, 
ni en la orina ni en la heces. 

En la India, usan el estiércol de las vacas 
para limpiar el piso, porque carece de mal olor. 
Mira a la vaca, cuan meditabunda es, cuan apacible. 
Son animales pacíficos. De dónde procede esa paz? 
De la dieta básicamente. 

Observa la constitución del cuerpo de los animales. 

Los herbívoros tienen dientes planos, 
lengua suave y pezuñas. 

Los carnívoros tienen dientes afilados, 
que le permiten desgarrar la carne de los huesos.
Además, para cazar su presa, pueden ver en la noche. 
Ojos, lengua, dientes, garras; son todos indicios visibles.

A cuál de éstas categorías pertenece el hombre? 
Puedes decidir por ti mismo? 

Como no tenemos garras, fabricamos tenedores. 
Nuestros dientes son planos, nuestra lengua no es tosca 
ni estamos capacitados para ver en la oscuridad. 
No podemos digerir la carne, por lo tanto la cocinamos. 

La constitución del hombre no está hecha para la carne

Actualmente muchos médicos están de acuerdo 
en que la carne tiene grasa animal, 
que deja purina en nuestro cuerpo y ésta s
e convierte en colesterol. 
Se trata de algo bien conocido. 

Pero si la lengua lo desea, podemos encontrar 
muchas excusas para comer carne. 
Si puedes, evita todo alimento con carne 
y grasa animal, incluyendo huevos, que en parte, 
también son carne. 

Cuando rompes un huevo, se descompone 
produciendo un olor putrefacto. 
Los productos derivados de la leche, 
contienen alguna grasa animal. 
Sin embargo tienen una calidad diferente, 
la leche no es carne. 

Quizá alguien te diga: 
“la leche proviene de la vaca. Si tomas leche, p
or qué no comes la carne de la vaca?” 
Tú puedes responder: 
“cuando era pequeño, tomaba la leche de mamá, 
acaso por eso le cortaba un pedazo para comérmelo?” 

La leche es diferente de la carne. 
No tiene caso discutir mucho sobre punto. 
Tomamos la leche de la madre 
pero no comemos su carne. 

La leche tiene una calidad especial. 
No tiene la concentración de grasa 
que se halla en la carne. 

Claro que si ingerimos mucha leche, 
ella dejará cierto tipo de flema 
que es muy difícil de digerir. 
De otro modo, sólo contiene 
una cantidad limitada de grasa. 
La leche es un alimento completo. 
Los niños crecen con leche pura. 

Después de algún tiempo ya no la necesitamos. 

Podemos vivir sólo de frutas, nueces y vegetales. 
Los alimentos deben ser fácilmente digeribles 
y no tienen que dejar toxinas en el cuerpo. 
Vegetales, cereales, nueces y frutas 
están libres de gérmenes que producen enfermedades.

Observa a los cuadrúpedos de quienes descendemos 
según Darwin, los monos. 
Ellos se alimentan con nueces, frutas y hojas. 
Ve cuan vigorosos son. 
Obtienen todo lo que necesitan con esa dieta. 
Son animales fuertes y de gran vitalidad. 

Algunas personas quieren carne animal 
porque se preocupan por acumular suficientes proteínas. 

Pero tú no necesitas tanta proteína 
como la que hay en el animal. 
Está demasiado concentrada. 
El cuerpo humano requiere una forma 
más leve de proteína que pueda asimilarse fácilmente, 
sin tener que cocinarla mucho. 

En vez de comer animales que se alimentan de vegetales, 
por qué no obtener la proteína 
directamente de la naturaleza? 

Incluso cuando queremos comer animales, 
escogemos los que se alimentan de vegetales. 

No queremos animales que se nutren de otros animales.
Podemos obtener proteínas de los vegetales, 
principalmente de lentejas, soja, girasol, ajonjolí, 
germen de trigo, levadura en polvo, queso, 
leche y muchas clases de nueces. 

El cuerpo humano está hecho para alimentarse 
de vegetales, no de animales.

Como yoghis, deseamos causar a otros 
el menor dolor posible. 
Es fácil excusarnos cuando tenemos el deseo 
de comer carne animal. 

Puede argüirse que también las plantas 
tienen conciencia. 
Claro que sí, no hay duda. 
Experimentos científicos lo han comprobado. 

Probablemente las lastimamos 
cuando las consumimos como alimento, 
pero hay que considerar algunos aspectos sutiles. 

La diferencia entre los vegetales, los animales 
y el hombre se halla en la expansión de la conciencia

Existe conciencia en un árbol, 
pero ésta es más o menos como el soñar. 
También existe conciencia en una piedra, 
más se asemeja al dormir. 
Todo tiene conciencia. 

Lo que varía es el grado de expansión de la conciencia. 
En los seres humanos, la conciencia se expresa 
o expande al máximo y también siente al máximo. 

Cualquier cosa cuya conciencia se exprese o expanda más, 
es más sensible y sentirá el más leve toque.

Esta sensibilidad varía aún entre los seres humanos. Imagínate un salón de clase con cuarenta estudiantes. 
Dos de los muchachos han estado haciendo travesuras 
antes de que llegue el docente. 
Uno es el alumno más brillante, el otro, el más torpe. 
“Qué están haciendo tontos?” les dice. 
Herirá sus sentimientos con éste reto? 
Sí, pero cuál se ofenderá más? 

No necesitas ser un filósofo o psicólogo para responder. 

El muchacho más inteligente será el más sensible 
a las palabras del maestro. 
El otro quizás se ría: “me dijo tonto, se interesa en mi”, 
quizás hasta se sienta orgulloso, 
pues el maestro se dirige a él pocas veces. 
Puede ser que se sienta feliz por haber llamado su atención. Pero el más inteligente tal vez 
no duerma por algunas noches, 
pues está muy ofendido. 

Así sucede con el desarrollo de la inteligencia 
y la expansión de la conciencia. 

Cuanto más evolucionado es uno, 
tanto más siente. 

Hay mayor posibilidad de que mates a un animal 
que a un ser humano, pues tu sabes que éste 
siente más que el animal. 

De la misma manera, los sentimientos de los vegetales 
están menos desarrollados que los de los animales. 
Si para comer lastimamos algo, 
por lo menos que sea donde no se sienta tanto.

Si la comida viene a ti con facilidad, cómela. 
Si se aleja o huye de ti, no la tomes. 

Cuando matas a un animal y éste llora, 
es porque no está listo para ser comido.
Quizás pienses que los animales 
están para servir al hombre. 

Probablemente a los animales no se les dijo eso, 
ellos no han leído las escrituras. 

Es el hombre quién espera que los animales le sirvan

Utilizar a los animales para su beneficio, 
no siempre significa comérselos. 

Si los alimentas bien, puedes ordeñar la vaca, 
arar la tierra con el buey y tirar de una carreta 
con un caballo y montarlo. 
Siempre le digo a las personas 
que aún desean comer carne: 

“está bien, pero no compres la carne. 
Ve y mata al animal tú mismo; después come” 
Déjame ver cuántas personas comerán carne después. 

Si tienes que matarla tú mismo, ve la sangre, 
las secreciones que salen precipitadamente, 
los animales gritando y llorando cuando tú los matas. 

Los comerías después? 

Los comes sólo porque alguien los mata 
y luego llegan a la mesa aderezados. 

Más alguien con un corazón tierno, 
no puede hacer eso. 
Si posees un corazón sensible, 
no puedes matar a ningún animal. 

Claro que yo no iría a predicar esto 
a los esquimales de Alaska. 
Allí te morirías si sólo comieses vegetales. 
Si hay una verdadera necesidad 
debes comer carne animal, pues aquí, 
lo que interesa es sobrevivir. 

Si no dispones de ninguna otra cosa, 
no has escuchado de personas que 
se han comido a sus congéneres? 

Cuando no hay nada más, no te sorprendas 
de que la gente se convierta en caníbales. 
Estoy sugiriendo una dieta vegetariana 
en tiempos como ese? 
“No coma esto no coma aquello”. 

Usa tu sentido común. 

Más cuando los alimentos que son buenos 
para el cuerpo y la mente están a tu disposición, 
por supuesto, tómalos. 

A veces, en una pareja, un cónyuge 
opta por no comer carne 
en tanto que el otro sí la desea. 
Cuando uno debería pensar en el otro. 
El que prepara la comida con gozo 
debiera cocinar la carne para el otro o los invitados 
y servirla sin poner cara agria. 

Eso es un gran logro y una gran cualidad. 
No debes insistir en que la otra persona acepte
 lo que a ti te gusta

Si en verdad estás interesado en conducirla 
paulatinamente a la adopción de una dieta mejor, 
conviértete en un buen ejemplo

Cuando ella se enferme quizás 
ecurra a ti para un consejo, 
amablemente tú podrás sugerirle 
na dieta más saludable. 

Entonces tus palabras tendrán más poder.

Sonríe

Sonríe aunque sólo sea una sonrisa triste,
porque más triste que la sonrisa triste,
es la tristeza de no saber sonreír.

Anónimo

El Aliento de Vida




Prana es la energía o fuerza vital, que causa el movimiento. Todo movimiento, en todas partes, aún el movimiento dentro del átomo, incluso el del pensamiento, lo causa prana, la energía cósmica. La electricidad es prana. Tu respiración es prana. Tu digestión es prana. Las funciones tienen diferentes nombres, pero todas son la misma corriente o fuerza: prana.
Tú obtienes prana de la comida, del sol y del aire que respiras. Respirar no es sólo eso. El aire se detiene en tus pulmones, pero prana corre por todo el cuerpo. Aún cuando tus pulmones sólo puedan convertir parte del oxígeno admitido para la sangre, prana utiliza el resto para todas las partes del cuerpo. Tú eres un haz de energía. Esta fuerza vital es prana. La práctica de pranayama guía el control, la regularización y el dominio de la fuerza vital. Consiste en aprender a controlar el prana y a dirigirlo como tú desees. El oxígeno es una gran panacea, una excelente medicina para todo tipo de tóxico. El mundo sería mucho más feliz si supiera la importancia del pranayama.
Al practicar las técnicas respiratorias del pranayama, la mente se esclarece y se prepara para la concentración. Pranayama purifica el sistema nervioso y elimina las toxinas del cuerpo y la sangre.
En la actualidad los científicos saben que, por lo general, durante una inhalación normal aspiramos unos 500 centímetros cúbicos de aire. Mediante la práctica de la respiración profunda de yoga, por ejemplo, aspiramos unos 3700 centímetros cúbicos en cada inhalación. Deberíamos practicar respiración profunda de vez en cuando. Por lo menos cada hora.
Prana jamás podrá contaminarse. Por ésta razón aún podemos vivir en las grandes ciudades. Si el aire que te rodea está contaminado, esa no es excusa para practicar respiración profunda. Entre las cuatro y seis de la mañana no hay contaminación. También es la mejor hora para meditar.
Debes regular la respiración, porque ella une a la mente con el cuerpo. Si la respiración se regula, también la mente. Una respiración calmada, lenta y uniforme, mantendrá la mente tranquila. Pero antes de que calmes la mente, mediante la respiración uniforme y lenta debes estar alerta. Temprano en la mañana, puedes rehacer todo el sistema, eliminar la somnolencia, proporcionarle cierto efecto tónico al cuerpo, quitar la tensión de diferentes lugares y darle un movimiento armónico a todas las células mediante una práctica específica llamada respiración de fuelle (bhastrika).
Antes de la meditación, haz tres rondas de expulsiones rápidas del aire a través de la nariz. Siéntate relajado, pero derecho y sin apoyo en tu espalda, con le pecho completamente expandido. Llena tus pulmones de aire y comienza a exhalar, poco a poco por las fosas nasales. El abdomen se aplasta, cuando el aire sale forzadamente por la nariz. Entre cada exhalación forzada, el aire penetra. Diez o quince rápidas exhalaciones, conponen una ronda. La última expulsión debe ser más profunda, de manera tal que elimine todo el aire. Después, aspire lentamente. Llena tus pulmones y sostén el aire. Mientras lo sostienes, doble el cuello y acerca la barbilla al pecho cuanto puedas. Es como inflar un globo. Tú doblas el cuello y lo limitas, para que el aire no se escape. Sostenlo ahí, por unos diez o quince segudos. Quizás sientas como una suave corriente eléctrica. No hay peligro en eso, no te exaltes. Luego levanta el cuello y exhala con lentitud por la nariz. Exhala completamente, comprimiendo el abdomen casi hasta el final. Respira con normalidad unas dos veces y repite éste proceso en una segunda y tercera ronda.
Esto hará que el cuerpo se sienta vigorizado y la mente alerta. Después puedes preparar la mente de una manera hermosa para la meditación, con respiración nasal alternada, o solamente respirando lenta y profundamente por ambas fosas nasales al mismo tiempo.
Debes tomar la mayor cantidad de aire expandiendo bien el estómago y el pecho, mientras inhalas incluso puedes levantar un poco el cuello, al final de la inhalación para permitir que entre más aire, pero no fuerces los músculos o los pulmones, mientras practicas la respiración profunda. La exhalación exige que todo se haga a al inversa. El cuello baja, el pecho se vacía y el abdomen se aplana.
Mediante la práctica de pranayama, la mente se clarifica y se adapta para la concentración. Practica algunas rondas de respiración nasal para antes de la meditación y pronto verás los resultados. Exhala con lentitud por la fosa nasal izquierda y luego inhala por ella. Después cambia, es decir, exhala e inhala por la fosa nasal derecha. Cambia otra vez y continúa de ésta manera.
Esta respiración profunda es el nervio del aliento purificador. Continúa, ya sea usando el método nasal alternado o con prolongadas inhalaciones, por lo menos durante dos o tres minutos. Sigue la respiración con la mente. Siente como entra, como sale y cómo regresa. En una etapa más avanzada, podrás detener el aliento por un período más largo antes de exhalarlo. Pero debes ejercitarte gradualmente o puedes sufrir perjuicio.
Los objetos principales de pranayama son: purificar el sistema, calmar y regular la mente. Si alguna vez te sientes disgustado, tenso o preocupado, practica la respiración profunda lenta, poniendo total atención en ella; con facilidad tu mente gozará de un estado de calma. Aquí, prana es el movimiento de la respiración y el de la mente, juntos. Son interdependientes. Si regula el prana, tú has regulado, mediante el movimiento de la respiración, el movimiento mismo de la mente.
Si puedes controlar la mente, tú eres el maestro. Pranayama te ayuda a controlar ciertas partes del cuerpo, ciertos músculos que normalmente no están sometidos a control. Con éstas prácticas, podemos controlar la mente. Al ejercer control sobre la respiración puedes controlar ese sútil prana. Pero sé moderado y ten paciencia. Pranayama nunca debe hacerse con apremio, ni debe intentar un avance muy rápido, porque está tratando con energía vital. Evita la más leve tensión y nunca te apresures.
Durante las prácticas de pranayama, la concentración ha de ser introspectiva, es decir, debe permitirte observar lo que sucede. Mientras inhalas y exhalas, concéntrate en la respiración. Cuando retienes, analiza el interior y ve qué sucede. Cada persona observará algo diferente.En el árbol de la práctica Yoga, la cuarta rama es pranayama. Solamente un individuo fuerte puede comprender a Dios. Una persona espiritual debe ser fuerte, no sólo mental sino también físicamente, Por lo tanto hemos de aprender a regular y almacenar vitalidad. Los sabios han calibrado cuánta vitalidad se pierde en diferentes acciones. Ellos saben exactamente cuánto malgastas tú, si hablas mucho, si corres mucho o comes mucho. Hacen éstas mediciones, teniendo en cuenta la prolongación o la brevedad de la respiración.
La máxima cantidad de pérdida la causa el sexo sin límite. Por éste motivo, es muy importante la moderación sexual. Sin el prana, tú estás física y mentalmente débil. Si quieres fortalecer tu cuerpo y tu mente, conserva ese prana, el fluído mental Es como el oxígeno, que puede condensarse y hacerse líquido. Se almacena en el cuerpo y cuando es necesario, se evapora como gas, prana, dando vitalidad al organismo. Pranayama se practica, esencialmente, para producir ésta vitalidad.
Cuántos somos concientes de la forma en que respiramos? El aire entra y sale unas quince o dieciséis veces por minuto. No es extraño comprobar que el aire permanece en ésta ciudad santa a la que llamamos cuerpo humano? Cuántos agujeros tenemos? En un tubo con muchos agujeros o perforaciones, el aire se escapa. Sin embargo aquí tenemos las nueve puertas de la ciudad. No obstante, el aliento de vida queda. Sale, pero algún poder parecería que nos lo reintegra. Aún cuando nosotros no nos preocupamos por el aliento de vida, alguien parece estar interesado en que permanezcamos con vida.A veces parece como si hubiese una lucha entre poder invisible y el aliento mismo. El aliento se queja: “Qué pasa? Tú me empujas adentro y cada vez que voy, ese sujeto me destruye. En cuanto entro me quema y me desecha como dióxido de carbono”. El aliento penetra con vida y lo matamos, lo quemamos. El aire quizá no quiera regresar otra vez, pero la Fuerza lo dice:”No, éste es mi bebé. He de usarlo para cierto propósito. He de trabajar a través de él, de modo que quiero que sobreviva por un tiempo más. Cuando termine su trabajo diré: “no regreses más”. Entonces lo pondrán en un ataúd. Hasta entonces, he de mantenerlo con vida. Regresa”.Por eso vinimos. No podemos atribuirnos mérito por nuestra vida. Hacemos muchas cosas para destruirnos; sin embargo, todavía vivimos.
No es sorprendente? Debiéramos haber muerto hace mucho tiempo, pero mucho tiempo. Entonces, qué nos hace vivir?
Quizás, “Él” desea todavía que hagamos algo
.

You Get What You Give


Cuanto Más Pequeño Es El Corazón

" Cuanto más pequeño es el corazón,
más odio alberga."



MAS VALE DAR QUE RECIBIR

Hay en Tierra Santa dos lagos alimentados por el mismo río, situados a unos kilómetros de distancia el uno del otro, pero con características asombrosamente distintas. Uno es el "Lago de Genesaret" y el otro el llamado "Mar Muerto".

El primero es azul, lleno de vida y de contrastes, de calma y de borrasca. En sus orillas se reflejan delicadamente las flores sencillas amarillas, rosas, de su bellísimas praderas.

El Mar Muerto, es una laguna salitrosa y densa, donde no hay vida y queda estancada el agua que viene del Río Jordán.

¿Qué es lo que hace tan diferentes a los dos lagos alimentados por el mismo río? Es sencillamente ésta: El Lago de Genesaret trasmite generosamente lo que recibe. Su agua una vez llegada allí, parte inmediatamente para remediar la sequía de los campos, a saciar la sed de los hombres y de los animales; es un agua altruista.

El agua del Mar Muerto se estanca, se adormece, se salitra, mata. Es agua egoísta, estancada, inútil.

Pasa lo mismo con las personas. Las que viven dando y dándose generosamente a los demás, viven y hacen vivir. Las personas que egoístamente reciben, guardan y no dan, son como agua estancada, que muere y causa la muerte a su alrededor.

Pensamos que cuando repartimos nuestro dinero, tiempo, honor, nos empobrecemos, que los demás se van quedando con lo nuestro y nosotros nos vamos vaciando y empobreciendo cada vez más. Eso nos parece, estamos seguros de que así es, pero ocurre exactamente lo contrario.

Cuánto más damos más recibimos. Cuanto menos repartimos de lo nuestro, más pobres nos volvemos. Es una ley espiritual que se cumple puntualmente, es una ley difícil de aceptar, por eso pocos se arriesgan a ponerle en práctica, pero hay un reto muy interesante para el que lo quiere aceptar. El que quiere vivir de acuerdo a esa ley de dar y darse a los demás, se llevará sorpresas muy agradables. Es mejor dar que recibir.

Muchas gentes se parecen al Mar Muerto: sólo reciben, acumulan, no se dan y así se fabrican una vida amarga, desdichada e infeliz. Hay otros que dan y se dan a sí mismos con generosidad y sin esperar recompensa... Está gente es la más feliz de nuestro mundo.


El que acumula para sí solo, llama a gritos a la infelicidad y ésta llega. El que reparte, abre la puerta a la felicidad. . Acaparar y ser egoísta cierran la puerta..

Quién es el Gurú?




Si crees que puedes encontrar la respuesta y las instrucciones en lo profundo de tu ser, adelante. Tu mente actúa como maestra si está lo suficientemente despejada. Después de todo, el maestro está en el interior. pero si aún no puedes obtener respuestas claras de tu interior, puedes preguntarle a alguien que ya conozca el camino. Quizás tengas que estudiar algunos libros durante un tiempo para buscar las respuestas. Cuando ya estés preparado, de alguna manera, la Providencia te asignará un maestro. En el momento en que el discípulo ya está listo, el maestro aparece.
Él o ella será tu “gurú” o maestro que en sánscrito, significa “el que ilumina”. Esta palabra se compone de dos sílabas: “gu”, oscuridad o ignorancia, y “rú” que significa “el removedor” El gurú es el removedor de las tinieblas. Literalmente significa “maestro”. Todos los profetas son gurúes. Dios mismo se manifiesta como tal, limitándose a enseñarnos. El cuerpo, el físico, no es el gurú, él es el aspecto divino que vibra en ese cuerpo.
Si en alguna oportunidad tu dices: “Mi gurú tiene un rostro hermoso”, o es calvo, o tiene barba, te estás refiriendo al aspecto físico. Si la barba larga lo identifica a uno como tal, todas las cabras serían gurúes por su larga barba. Se está refiriendo al aspecto físico.
No se trata de las características físicas sino de la iluminación, de la parte divina en el ser humano.
El gurú es buen transmisor y receptor. Uno recibe de él, porque el gurú ya ha estado vibrando en el nivel divino. Puede sentir tu vibración y decirte lo que mejor te conviene y beneficia. De esa manera, tú obtienes un guía. Un gurú no te conduce hasta la meta, sólo te muestra el camino. A ti te corresponde recorrerlo.Si tienes hambre, debes comer. Yo no te puedo reemplazar; sólo puedo mostrarte dónde encontrar comida. Un gurú genuino, no te solicitará nada, excepto tu sinceridad; si sabe que pides con sinceridad, él te dará. Pero ni siquiera dándote te exigirá que uses lo que te conceda. Sencillamente te dirá: “Allí está el restaurante. Si no comes, no me sentiré desdichado”. En ocasiones, los aspirantes creen que si no hacen al pié de la letra lo que dice, éste los maldecirá. Ningún maestro auténtico procedería así. Su propósito consiste sólo en mostrarte el camino.
Depende de ti que adoptes a alguna persona como gurú. Ella no vendrá a ti a decirte: “Quiero ser tu gurú”. Él también cree que debe seguir aprendiendo. Un gurú verdadero, ni siquiera se da a sí mismo ese nombre. Entonces, cómo puede reconocerse a un gurú verdadero? No se acercará diciéndole: “Yo te enseñaré”. Sencillamente, él será testimonio de una vida hermosa.Tú aprenderás con su ejemplo, porque es la entrega misma en persona, que no se deja influir por elogios ni críticas. Es sabio. No busca el bienestar material, el renombre, la fama, ni nada semejante. Posee sabiduría consistente. Su vida es estable. Está por sobretodo dualismo, sin dejarse afectar por el placer o el dolor, la ganancia o la pérdida. Allí está, simplemente. Ni siquiera te impondrá sus consejos o enseñanzas. Tampoco llamará a la puerta para entrar en tu casa y leerte sus escritos. Tú tendrás que acudir a él y probarle que estás interesado, con toda sinceridad.
El gurú no es codicioso, no busca el beneficio material, ni hace nada para su propio provecho, sino que está totalmente dedicado a servir a los demás, siempre sereno, con equilibrio perfecto.
En ocasiones, quizá parezca un animal feroz, hasta un poco salvaje e iracundo. Es posible que pierdas la fe en él, pues no sabrás por qué está actuando de esa manera. La razón es que desea beneficiar a los demás. Sólo un joyero experto conoce qué es un diamante. Del mismo modo, para conocer plenamente al gurú, uno debe serlo también. Puedes comenzar a comprenderlo más, si tienes la suficiente apertura. El indicio de que se trata de un verdadero hombre de Dios es su perfecto estado de satisfacción. Si ves a un maestro perfecto, sabe que tal perfección está en sus ojos. Debes proceder cautelosamente en la búsqueda del maestro. Yo me siento más inclinado a confiar en los alumnos que llegan a mi con lentitud y prudencia. Al fin y al cabo, la relación es como una de matrimonio, pero entre le discípulo y el guru. Cuando se unen dos corazones, a tal unión se la puede llamar matrimonio.
Tú no puedes conocer a tu gurú usando sólo el cerebro. Escucha a tu corazón. Se trata de un sentimiento positivo, de una atracción natural. Las miradas se encuentran y difícilmente pueden separarse. Por supuesto, no anules por completo la apreciación racional.
Es árbol es conocido por sus frutos.
A las personas de espíritu gozoso se las llama espirituales. A las que buscan ese mismo espíritu, se las llama iniciados espirituales. Los discípulos son los iniciados y el gurú es quién los dirige, para que comprendan lo que él mismo ya ha comprendido.
Es feliz, eterno, estable, inmaculado, inmutable. Es el testigo eterno de todo. El gurú es aquel que no paga ni un solo centavo, y sin embargo, ve siempre el filme. Es el testigo eterno El Universo total es su filme. Por todas esas cualidades es difícil descifrarlo. Es como un pez durmiente.
Una sola persona no puede ser gurú de todos. El gurú verdadero no anda en busca de más discípulos. Si te encuentras con un maestro que desea más y más alumnos, sencillamente piensa que él está haciendo negocio. Primero debería ocuparse de beneficiar a sus discípulos y de ninguna manera obligarlos. Si un maestro te dice: “te has convertido en mi discípulo. Si acudes a alguien más te maldeciré, échalo de tu casa. No es gurú sino hombre de negocios. Por el contrario, el gurú, debe darte plena libertad; cuando considere que algo está equivocado en tu vida te lo dirá con toda gentileza. Pero si el alumno ha perdido la fe en él, corresponde que se haga a un lado y alegremente deje que el discípulo se aleje.
Tu no debes sentirte atrapado ni comprometido, aún cuando te hayas “rendido” a un maestro, no eres su esclavo. El discípulo es un buen amigo, un hijo, un paciente. En el momento en que ya no disfrutas, o no digieres los alimentos que se te ofrecen, debes ir a comer a otro lugar. Si no estás totalmente convencido, quizás te convenga quedarte por más tiempo, pero no por años o meses. No necesitas someterte a una dieta insípida por un lapso prolongado para descubrir al fin que el plato no es un manjar.
Incluso si encuentras al maestro adecuado para ti, deberías ser capaz de distinguir al verdadero gurú.
Recuerda, no se trata de lo exterior, de lo físico, sino del yo, de la Luz interna.
"Si construiste castillos en el aire
no te avergüences de ellos.
Están donde deben estar.
Ahora construye los cimientos"

Sabiduría



SABIDURÍA


Mientras uno pueda beneficiarse con los rayos solares, no importa de quién sea el Sol.
La comprensión es una gran cualidad, que todos deben poseer. Si se comprende al prójimo también se comprenderá a Dios. Sin conocer o comprender a tu propio yo y el de tu prójimo, cómo esperas conocer a Dios? El Diccionario de la Lengua Española, publicado por la Real Academia, define la palabra comprender como “abrazar, ceñir; rodear por todas partes una cosa”.
A la gente no le gusta ser rodeada, ceñida por nada. Por qué me han de ceñir, limitar o rodear? Por qué debo soportar la presión de otro?. Todos quieren pertenecer a un nivel más alto. Pero la humildad se logra sólo a través de la comprensión. Mientras tu crees que eres “alguien”, en realidad no lo eres. Cuando dices que no comprendes en realidad has comenzado a hacerlo. No se trata de un complejo de inferioridad. Es humildad. Recuerda, quién tiene mucha comprensión, siempre es humilde.
Probablemente estés familiarizado con el trigo. En los campos se ven crecer plantitas rectas, llenas de espigas. Al seguir creciendo, con lentitud, los tiernos granos parecen mirar hacia arriba. Nunca se doblan, pero cuando maduran, las espigas aumentan de peso y comienzan a curvarse. De igual manera, una cabeza hueca y vacía, siempre se eleva orgullosamente: “soy superior” dice. Pero una cabeza madura se inclina hasta el suelo. Del mismo modo, el que comprende se caracterizará por su humildad, una de las virtudes más admirables.
Donde hay humildad, siempre hay comprensión. No existe límite para la comprensión y el aprendizaje. En la fe hindú, a Sarasvati, la diosa de la sabiduría, se la representa leyendo un libro que lleva en su mano. Si ella está aprendiendo continuamente, cuál es entonces el límite? Cuando estamos dispuestos a aprender, no rechazaremos nada.
Ni siquiera se trata de leer libros. Si deseas saber, recuerda éste versículo: “Pedid y se os dará”. Toda la naturaleza es un gran libro de conocimiento. Busca las lecciones que te rodean por doquier.
La riqueza que tiene el sentido del oído es superior a muchas otras. Escucha siempre. Tu has sido creado para oír. Se te dieron dos oídos pero sólo una boca. Esa es la prueba, habla menos y oye más. Si hubieras sido creado para oír una palabra y simplemente aceptarla, te hubiera bastado un oído en tu frente. Pero te pusieron los oídos a cada lado de tu cabeza para que, al recibir el mensaje lo dividieras en dos partes, cada una de las cuales va a uno de esos lados. Es decir, tú, gracias a éstos recursos, analizas, comprendes y sólo después aceptas. No aceptas como verdad cualquier palabra que escuchas.
Tampoco tenemos una puerta para cerrar los oídos. Esos orificios que captan todas las vibraciones siempre están abiertos. Más para hablar, deben salvarse dos obstáculos; antes de que podamos emitir una palabra, los sonidos tienen que pasar por dos barreras dentales y a través de los labios. Considera las palabras como sagradas. No las dejes escapar con facilidad. Si deseas hablar, antes piénsalo dos veces.
Nuestra comprensión no sólo se produce a través de los sentidos, sino que también es un proceso mental. El oír no es suficiente; se necesita aprender a escuchar. Escucha con los oídos pero también con el corazón. Hay una gran diferencia entre escuchar y oír. Si escuchas, no necesitas tomar notas, porque contamos con una grabadora interna de muchos canales, provista de una cinta interminable. Si escuchas atentamente, grabas todo sin alterarlo. Estas ideas quizás te parezcan muy simples, pero constituyen las piezas básicas con las que se edifica toda una vida. Sin ellas, no puede lograrse nada en el ámbito espiritual.
En cierta oportunidad, Avvaayar, una gran santa del sur de la India, clamó a Dios: “Señor, no sé qué estoy haciendo. Aparentemente he aprendido todas las cosas en muchos libros y con todo mi corazón. Parece que hablo y hablo siempre, como si tuviera cientos de bocas en todo mi cuerpo. Cuándo podré escaparme de todo y encontrar el silencio?"
Mediante el silencio uno puede estar conciente del testimonio interno. Ese silencio es el Espíritu o la Conciencia. Tu Conciencia es silenciosa. Nunca te dice nada. Allí está, vigilándote, sencillamente. Sea que hagas el bien o el mal, lo recto o lo incorrecto, sólo está presente como testigo mudo. Un testigo nunca participa en el caso ni se le pide que se incline por una u otra parte. Así es Dios y su creación también, en cierto sentido. El sol, el viento, el cielo, el agua, todos éstos elementos son testigos. Allí está el testigo y tú actúas en su presencia.
Para conocer al testigo silencioso, siempre presente --- para conocer al Conocedor --- primero deberás postergar el conocimiento de otras cosas. Conócelas después. El resto vendrá automáticamente. Esta afirmación quizás te recuerdo un versículo bíblico: “Buscad primero el reino de Dios y su justicia y todo lo demás os será dado por añadidura”. Si no conoces al Conocedor, aún cuando poseyeras toda la Tierra, el universo no te serviría para nada. Toda tu riqueza sería un gran cero. No tendría ningún valor en sí misma.
Toma un cheque. Escribe un en él unos cuántos ceros y dale el cheque a alguien. No podrá recibir ni un centavo, si trata de cobrarlo en el banco. Si agregas dos ceros más, tampoco le servirá para nada. Pero si añades el número uno al principio y sigues añadiendo ceros, cada uno aumentará diez veces su valor.
Algunos se sienten muy orgullosos de sus ceros: “Soy médico”, “soy doctor”, “soy maestro”, “soy presidente”, “soy esto o aquello”. Sin el “Uno” todo lo demás es un gran cero. “soy un cero a la izquierda” Para qué sirve todo el conocimiento mundano sin el conocimiento interno? En ocasiones, hasta es peligroso. Primero conócete a ti mismo. Entonces todo otro conocimiento sufrirá un efecto amplificado. Por lo tanto, no olvides colocar el uno antes de sus ceros.
Sé conciente de que tú eres Eso. Conserva ese conocimiento en silencio, para ti sólo. Los jóvenes dicen: “Para tener fe, necesito por lo menos un destello de algo”. Escucha al silencio. Para comprender, penetra hasta el silencio profundo. El único límite de la Sabiduría es el Silencio. En él realiza su verdadera naturaleza. No hay palabras para describirla. Como dicen los Upanishads, no es consciencia ni inconsciencia. No es la suma total de toda conciencia. No puedes hablar de ella. No existen huellas ni símbolos. No está ubicada en algún lugar. Esa es la esencia.

Good and Bad

"The same thing can be both good and bad. Whenever you speak of good, bad is also present. The world is a mixture of both. There is not good without bad. They are both sides of the same coin. Both are necessary. We have been given free will and discriminating capacity to select what is beneficial to us and to avoid what is detrimental to us. Even Cobra poison can be used as medicine."

Como Un Muerto

El maestro le dice al discípulo:

--Acércate al cementerio. Una vez allí, con toda la fuerza de tus pulmones, comienza a gritar toda clase de halagos a los muertos.

El discípulo se dirige al cementerio. Una vez allí, comienza a decir toda suerte de elogios a los muertos y después regresa junto al maestro.

-¿Qué dijeron los muertos? -pregunta el maestro.

-No respondieron -contesta el discípulo.

Y el maestro le ordena ahora:

-Volverás al cementerio y soltarás toda clase de insultos a los muertos.

El discípulo acude de nuevo al cementerio y sigue las instrucciones del maestro. Vocifera toda suerte de imprecaciones contra los muertos y después se reúne con el maestro.

-¿Qué dijeron los muertos? -pregunta por segunda vez el maestro.

-No respondieron -contesta el discípulo.

Y el maestro concluye:

-Así debes ser tú: indiferente como un muerto ante los halagos o los insultos de las otras personas.

Quietud = Amor




Cuando miras un árbol y percibes su quietud, tú mismo te aquietas. Conectas con él a un nivel muy profundo.

Te sientes unido a cualquier cosa que percibes en y a través de la quietud.

Sentir tu unidad de ti mismo con todas las cosas es verdadero Amor.



Servicio...

Dormía..., dormía y soñaba que la vida no era más que alegría. Me desperté y vi que la vida no era más que servir... y el servir era alegría.

Desiderata - English - Max Ehrman, 1920

Go placidly amid the noise and haste, and remember what peace there may be in silence.

As far as possible, without surrender, be on good terms with all persons. Speak your truth quietly and clearly; and listen to others, even to the dull and the ignorant, they too have their story. Avoid loud and aggressive persons, they are vexations to the spirit.

If you compare yourself with others, you may become vain and bitter; for always there will be greater and lesser persons than yourself. Enjoy your achievements as well as your plans. Keep interested in your own career, however humble; it is a real possession in the changing fortunes of time.

Exercise caution in your business affairs, for the world is full of trickery. But let this not blind you to what virtue there is; many persons strive for high ideals, and everywhere life is full of heroism. Be yourself. Especially, do not feign affection. Neither be cynical about love, for in the face of all aridity and disenchantment it is perennial as the grass.

Take kindly to the counsel of the years, gracefully surrendering the things of youth. Nurture strength of spirit to shield you in sudden misfortune. But do not distress yourself with imaginings. Many fears are born of fatigue and loneliness.

Beyond a wholesome discipline, be gentle with yourself.

You are a child of the universe,

no less than the trees and the stars;

you have a right to be here.

And whether or not it is clear to you, no doubt the universe is unfolding as it should.

Therefore be at peace with God, whatever you conceive Him to be, and whatever your labors and aspirations, in the noisy confusion of life, keep peace in your soul.

With all its sham, drudgery and broken dreams, it is still a beautiful world.

Be cheerful. Strive to be happy.

Desiderata - Espanol

Camina plácido entre el ruido y la prisa
y piensa en la paz que se puede encontrar en el silencio.


En cuanto te sea posible y sin rendirte,
mantén buenas relaciones con todas las personas.

Enuncia tu verdad de una manera serena y clara;
y escucha a los demás,
incluso al torpe e ignorante;
también ellos tienen su propia historia.


Esquiva a las personas agresivas y ruidosas,
pues son un fastidio para el espíritu.


Si te comparas con los demás,
te volverás vano y amargado,
pues siempre habrá personas mas grandes
y mas pequeñas que tú.


Disfruta de tus éxitos lo mismo que de tus planes.
Mantén el interés en tu propia carrera por humilde que sea,
ella es un verdadero tesoro en el fortuito cambiar del tiempo.


Se cauto en los negocios,
el mundo esta lleno de engaños;
mas no dejes que esto te deje ciego para la virtud que existe.
Hay muchas personas que se esfuerzan por alcanzar nobles ideales,
y por doquier la vida esta llena de heroísmo.


Se sincero contigo mismo.
En especial, no finjas el afecto;
pero tampoco seas cínico en cuanto al amor;
pues en medio de todas las arideces y desengaños,
es perenne como la hierba.


Acata dócilmente el consejo de los años,
y abandona con donaire las cosas de la juventud.


Cultiva la firmeza del espíritu
para que te proteja en las adversidades repentinas,
pero no te afligas imaginando fantasmas.
Muchos temores nacen de la fatiga y la soledad.


Sobre una sana disciplina se benigno contigo mismo.

Tú eres una criatura del universo,
no menos que las árboles y las estrellas;
tienes derecho a existir.

Y sea que te resulte claro o no,
indudablemente el universo marcha como debiera.


Por eso debes estar en paz con Dios,
cualquiera que sea tu idea de El,
y sean cualesquiera tus trabajos y aspiraciones.

Coserva la paz con tu alma
en la bulliciosa confusión de la vida.


Aún con toda su farsa, penas y sueños fallidos,
el mundo es todavia hermoso.


Se cauto y esfuérzate por ser feliz.

Nuestra "esencia" en manos del mundo

Es solamente cuando oponemos resistencia a lo que sucede que quedamos a merced de los sucesos y entonces el mundo es el que determina si hemos de ser felices o infelices.

El Yo Que Va Desapareciendo

Levántate, despierta, deja de dormir. Puedes librarte del egoísmo. Todas las religiones lo enseñan, con diferente vocabulario: Nirvana, salvación, renunciamiento, palabras que se refieren a esa liberación del egoísmo.
Dios creó al hombre a su imagen. Es decir, me hizo como es Él. También creó a mi prójimo a su imagen. Todo lo creó a su imagen. Desafortunadamente leemos ésta afirmación en forma mecánica. Presta atención a cuánto sucede a tu alrededor. Dos grupos siguen al mismo profeta y acuden a las mismas escrituras. A diario abren la Biblia y leen: “Ama a tu prójimo como a ti mismo”; luego, la cierran, disparan una ametralladora y envían su “amor” por medio de balas.
La naturaleza egoísta del hombre le hace pensar: “Soy diferente de los demás. Tengo que satisfacer todos mis deseos” o bien, “Mi comunidad (o mi país) debe triunfar”. Éste tipo de individualismo se basa en el egoísmo humano. Aleja de tu mente éstos pensamientos, pues son causa de guerras, de la contaminación, del odio, de diferencias políticas y religiosas. Todo parte de ese egoísmo humano. El ego puede manifestarse de muchas maneras: como orgullo nacional, racial o religioso. El ego es egoísmo. Por qué se pelean los seres humanos en nombre de la religión? Se pelean por egoísmo.
Donde predomina el ego, siempre habrá división. Se dirá. “mi país, comunidad o raza”. Alguien puede enorgullecerse por pertenecer a cierta raza, alegando que es superior a las demás. Esa es una coraza egoísta.
El hombre sueña dentro de esa coraza egoísta, totalmente sombría. Si desea que penetre la luz, debe quebrarla. Es el propósito de todas las prácticas yogas, incluso del discipulado del poder de la entrega.
Un hombre egoísta, jamás se rendirá. Nada puede alcanzarlo, excepto su orgullo o todo aquello que lo alimente. Hasta puede aparentar que se ocupa en actividades hermosas y útiles. Quizás otros se estén beneficiando por sus acciones, pero él no. Su orgullo aumenta y penetra en tinieblas más densas.
Tienes que esforzarte mucho para depurar el yo. No es labor fácil ni agradable. Quizás hasta sea dolorosa, pues el yo no desea ser purificado. Si, en verdad te interesa recibir la Luz para despertar, tienes que someterte, tienes que limpiarte tú mismo, o ponerte en manos de un buen “lavandero”. Permite que te estruje, que te oprima. Si no se lo permites, él no perderá nada, pero tú, lo pierdes todo. Cuando el yo es depurado, entonces Dios puede entrar fácilmente, para darte toda la luz que desees.
En los monasterios Zen, por ejemplo, no se admite a nadie de inmediato. Quizás el aspirante a monje tenga que sentarse a la puerta y dormir ahí durante varios días. Esa acción le quebranta su yo. Pero tal vez tu seas un poco egocéntrico y digas: “Qué disparate! Muchos maestros proponen: “Acude a mi lugar de reunión, sé mi discípulo” y hasta me reciben con una taza de café. Por qué debo sentarme a esperar tres días para que me dejen entrar?”
En ese caso, vete. El maestro no pierde nada. Tú no le estás permitiendo que te dé lo que quiere darte. La apertura se producirá cuando quiebres por completo la coraza del yo y puedas decir: “Me rindo. Soy tu discípulo. No sé nada”.
En cierta ocasión un alumno zen le pidió a su maestro un poco de sabiduría. El maestro le contestó: “Ya hablaremos de eso después; por ahora bebe una taza de té”. Tomó la jarra y comenzó a servirle. Siguió sirviéndole, aunque la taza ya se había llenado y se derramaba. El alumno le dijo: “Señor, no me sirva más, la taza ya está colmada”.
El maestro respondió: “Oh, lo siento mucho, pero mejor váyase y primero vacíese de usted mismo. Entonces regrese, para que me sea posible derramar mis enseñanzas sobre usted”. Cuando uno se vacía de su yo, está en completa disposición para recibir enseñanza, pues todo el conocimiento previo se basaba en el yo. Mientras no obres así, siempre habrá algo que te estorbe. Acaso no dice la Biblia: “bienaventurados los pobres de corazón porque ellos vendrán a Dios”? Cuándo? Solo sucede cuando el corazón es puro, pacífico, libre de egoísmo, del “yo” y de lo “mío”. La pureza de corazón y la ecuanimidad mental constituyen la esencia misma del yoga.
No trates de deshacerte de tu yo. Sin yo, no hay incentivo. Sólo cámbialo, hazlo saludable. Si te deshaces él, perderás tu valor. Pero si lo purificas y cambias de “yo” a “nosotros”, de lo “mío” a lo “nuestro”, haz llegado a la raíz del problema y te has transformado. Entonces puedes desarrollar un yo fuerte, saludable.
Al fin y al cabo, qué es el yo? Sólo un sentimiento individual que desaparece tarde o temprano, en la universalidad de Dios. Mientras tanto, tu yo te conduce a Dios. Sin ese buen yo, cómo podrías llevar a cabo una práctica espiritual? Necesitas tu yo para acercarte a Dios, pero al aproximarte más, lo pierdes.
Cuál es la diferencia entre el YO con mayúscula y el “yo” con minúscula? Sólo el tamaño. Las letras de ambas palabras tienen la misma forma, estén en mayúscula o en minúscula, pues todo depende de cómo las escriba uno. Si quieres deshacerte de tu yo, comienza a escribirlas en minúscula. Así de sencilla es la solución del problema.
Vive en éste presente dorado. Se te ha concebido un poco de libre albedrío para que lo uses y después lo reintegres. Si te sometes a esa Suprema Voluntad, el pequeño yo morirá, entonces, cambiarán tu cuerpo y tu rostro.
El cuerpo es la manifestación del yo. La mente crea su propio cuerpo. Por eso, cuando cambia la mente, también cambia el cuerpo. Cada pensamiento produce una modificación en tu rostro. Todo tu metabolismo es afectado por tus pensamientos. Si te disgustas, fluye la bilis y tu rostro se sonroja. De ahí que no se necesite observar a alguien en acción para saber qué hace. En el momento en que uno ve a alguien perverso puede decir: “Ese tipo es perverso”. Sus ideas malignas son expresadas a través de su cuerpo. De la misma manera, los pensamientos inocentes, hermosos, sin egoísmo, hacen que el rostro luzca tan puro como el de un bebé. Todos nacemos con ese rostro hermoso. Recuperémoslo negándonos a obedecer al yo egoísta.
En ocasiones, uno tiene que disgustarse con su yo. Niégate a obedecer a ese amo. Sencillamente dí: “Renuncio a trabajar par ti”, porque la acción egoísta no produce gozo verdadero. Quizá te lo dé por cierto lapso, pero siempre causa problemas, después. Si analizas bien, los deseos egoístas se disiparán. Sigue analizando: vale la pena satisfacer al yo? Por cuanto tiempo puedes hacerlo? Siempre demanda más y más. Dónde termina? Mientras tanto debes estar alerta constantemente, vigilando la tensión y ansiedad.
Si ignoras al yo y practicas una vida sencilla, simple, ingenua, no debes preocuparte por él. Por qué te mortifican las opiniones que los demás tienen de ti? Debes saber bien qué eres tu. Algunos creerán que eres un fracasado, pues así lo perciben. Pero si juzgaran que eres una bella persona, acaso por el simple hecho de que lo dicen, lo eres en realidad? Lo mismo sucedería si dijeran que eres un pollo. Es necesario que alguien te señale lo que eres? No te preocupes por lo que dicen los demás.Te gustaría perder peso? Muchos se preocupan por reducir su peso físico; sin embargo se sentirían más livianos y más libres si redujeran el peso de su egoísmo. Esto es para pensarlo. Toma una hoja grande de papel y escribe en ella todo aquello que te pertenece, según tú: nombre, fama, posición, poder, capacidad mental, todo. Tu lista es muy larga, es que llevas una carga muy pesada. Mientras menos pesada sea más libre te sentirás.
Supongamos que escribo muy poco y sólo tengo un bolígrafo. Es suficiente para mi. Pero si tengo diez y sólo uso uno, prácticamente estoy impidiendo el uso de los otros nueve bolígrafos que podrían estar en manos de varias personas. En el mundo hay suficiente para todos; solo debemos preocuparnos por los otros y compartir con ellos cuanto tenemos. No falta nada, porque la naturaleza cumple su deber de darnos todo lo que realmente necesitamos. Lo que no hace es satisfacer nuestra codicia.
Por lo tanto elimina tu egoísmo. Esto no significa que debes escaparte del mundo ni que has de dejar de hacer el bien. Por el contrario, de ésa manera, tú serás una de las personas mejor capacitadas para hacer algo a favor del mundo. Imagínate que pasaría si todos los líderes desarrollaran un espíritu de servicio y desprendimiento. La tierra sería un paraíso.
Este planeta fue creado para que lo disfrutáramos. Exigimos hacer uso de todo. Si sabemos cómo aprovechar cada cosa en el momento y con la actitud apropiadas, todo nos producirá salud, felicidad y gozo.
Aprende a controlar tu yo. De esa forma disfrutarás hasta de los problemas y los fracasos. Al concluir la lucha, sin duda, habrás derrotado al demonio.

LOS NIÑOS TIENEN MIEDO

LOS NIÑOS TIENEN MIEDO

Texto por Poldy Bird
(aclaración: el texto no incluía fotos)



Una arropa a este niño,
lo abraza,
pone los labios sobre su frente para ver si tiene fiebre,
llama al médico. . .
"le duele la barriga,
tiene tos, . . . "

Se te anudan las tripas porque a este niño amado le duele la cabeza.
Ha faltado a la escuela.
Le silba un poco el pecho. . .
Una abraza a este niño y ruega a Dios que todos sus dolores se pasen a tu cuerpo.

Por el cielo de afuera pasa una nube blanca que parece una oveja.
Por el cielo de adentro ángeles invisibles se hamacan en el aire con olor a manzanas
y amasan,
como si fuera plastilina,
las notas de la música que baila por la casa.

Allá no hay cielo.

Allá.
Donde los chicos esperan el rayo de metal que los parta en pedazos.

Allá,
donde les enseñan a usar una escafandra que los disfraza de monstruos.
Y a aplicarse inyecciones entre ellos...

Y ya no lloran de hambre,
ni de frío,
ni de dolor...
sino de miedo.

Los niños tienen miedo.

Los han amenazado...
señores con trajes impecables y corbatas bonitas.
Señores que no parecen seres de otros planetas.
Tienen dos ojos inexpresivos.
Tienen la boca que pronuncia con desdén las palabras.

Tienen apuro por comenzar la guerra
porque estas armas de hoy están ocupando el lugar que ya está destinado
para las armas nuevas,
que fabrican con prisa.

Esos señores no tienen emociones.

Para hacerlos,
han clonado a las piedras.
Cuando miran a un niño,
no lo ven.

Ven un bulto de andrajos,
unas moscas molestas,
unas llagas que nunca cicatrizan,
y oyen ese quejido monocorde que se parece al llanto,
a un llanto sordo,
áspero,
inaguantable...

Deberán encontrar a un flautista que los guíe hacia el borde del precipicio
y termine con ellos como lo hizo con aquellas ratas...

Los niños tienen miedo.



Se toman de las manos.

Se apretujan.

No quieren inyecciones ni escafandras.

Máscaras parecidas al diabl*.

Huesitos que la piel apenas tapa.

Y miedo,
mucho miedo.




No miedo de las fieras de afilados colmillos,
ni del diluvio,
ni del terremoto...

Los niños tienen miedo de la camisa bien planchada,
de los gemelos de oro,
de la sonrisa de dientes perfectos con la que estos señores
leen los titulares de los diarios
y los discursos en los que la palabra libertad está marcada con resaltador amarillo...

Y también tienen miedo de salir en las fotos que darán la vuelta al mundo
mostrando su desesperación o sus tripas desparramadas por el suelo...
porque han oído,
alguna vez,
y no lo han olvidado...
que las fotos te roban el alma
...





Bandrui

Bandrui

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